Carmen López
11:48 • 03 sept. 2011
El Ayuntamiento de la capital almeriense acometía recientemente obras en la carretera de Sierra Alhamilla, fundamentalmente para garantizar un correcto alcantarillado en la zona, y tras reponer acerados y firmes, los tres kilómetros de vía cuentan aún con problemas de accesibilidad para discapacitados.
Rebajes y nivelaciones
Según la Asociación de Personas con Discapacidad Verdiblanca, el proyecto de obra de esta intervención “no recogía modificar las aceras de esta antigua carretera de tránsito mayoritariamente de vehículos, y que en el último lustro se ha convertido en uso habitual también de peatones”. Por esta razón, Verdiblanca solicitó a la anterior corporación municipal un arreglo de los pasos de cebra, petición que fue aceptada por el entonces concejal de Obras Públicas Francisco Amizián, y que ha sido asumida por el nuevo edil de esta área, Manuel Guzmán.
Guzmán visitaba recientente las obras junto a miembros de la Comisión de Accesibilidad de Verdiblanca con el fin de conocer los pormenores de las necesidades del colectivo de la discapacidad y se iniciaban, de hecho, por parte de Salcoa las reformas del acerado que comprende el tramo existente entre el puente de la Avenida Mediterráneo y el paso subterráneo del Camino de La Goleta.
Verdiblanca está a la espera de que el concejal Guzmán “dé las indicaciones pertinentes para continuar las obras de accesibilidad en el resto de esta carretera hasta hacer practicable en silla de ruedas los tres kilómetros de longitud” que tiene la vía. Concretamente Verdiblanca ha solicitado que también sea accesible el trayecto que va desde la avenida Cabo de Gata hasta el puente de la del Mediterráneo, con el propósito de que una persona con movilidad reducida de Cortijo Grande, 500 Viviendas, Tagarete o Ciudad Jardín pueda hacer un recorrido autónomo hasta el centro de la ciudad sin necesidad de coger transporte público ni privado.
El tramo más difícil
Aún así, según Verdiblanca, “para evitar otra isla urbanística capitalina, quedaría por subsanar el tramo más difícil, que es el existente entre el Camino de La Goleta y la urbanización del Ingenio, donde no existen aceras, pero sí viviendas, locales comerciales y centros sociales muy visitados por transeúntes”.
Una solución ofrecida por el anterior concejal Francisco Amizián fue la de delimitar un estrecho camino de servidumbre “para que los peatones no corrieran tanto riesgo y que sirviera de persuasión a los conductores en la disminución de velocidad”, dice la asociación, pero este asunto está aún pendiente de obtener un informe técnico municipal.
Para la asociación , es imprescindible que toda la obra pública nueva se haga también pensando en el colectivo.
Rebajes y nivelaciones
Según la Asociación de Personas con Discapacidad Verdiblanca, el proyecto de obra de esta intervención “no recogía modificar las aceras de esta antigua carretera de tránsito mayoritariamente de vehículos, y que en el último lustro se ha convertido en uso habitual también de peatones”. Por esta razón, Verdiblanca solicitó a la anterior corporación municipal un arreglo de los pasos de cebra, petición que fue aceptada por el entonces concejal de Obras Públicas Francisco Amizián, y que ha sido asumida por el nuevo edil de esta área, Manuel Guzmán.
Guzmán visitaba recientente las obras junto a miembros de la Comisión de Accesibilidad de Verdiblanca con el fin de conocer los pormenores de las necesidades del colectivo de la discapacidad y se iniciaban, de hecho, por parte de Salcoa las reformas del acerado que comprende el tramo existente entre el puente de la Avenida Mediterráneo y el paso subterráneo del Camino de La Goleta.
Verdiblanca está a la espera de que el concejal Guzmán “dé las indicaciones pertinentes para continuar las obras de accesibilidad en el resto de esta carretera hasta hacer practicable en silla de ruedas los tres kilómetros de longitud” que tiene la vía. Concretamente Verdiblanca ha solicitado que también sea accesible el trayecto que va desde la avenida Cabo de Gata hasta el puente de la del Mediterráneo, con el propósito de que una persona con movilidad reducida de Cortijo Grande, 500 Viviendas, Tagarete o Ciudad Jardín pueda hacer un recorrido autónomo hasta el centro de la ciudad sin necesidad de coger transporte público ni privado.
El tramo más difícil
Aún así, según Verdiblanca, “para evitar otra isla urbanística capitalina, quedaría por subsanar el tramo más difícil, que es el existente entre el Camino de La Goleta y la urbanización del Ingenio, donde no existen aceras, pero sí viviendas, locales comerciales y centros sociales muy visitados por transeúntes”.
Una solución ofrecida por el anterior concejal Francisco Amizián fue la de delimitar un estrecho camino de servidumbre “para que los peatones no corrieran tanto riesgo y que sirviera de persuasión a los conductores en la disminución de velocidad”, dice la asociación, pero este asunto está aún pendiente de obtener un informe técnico municipal.
Para la asociación , es imprescindible que toda la obra pública nueva se haga también pensando en el colectivo.
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