Más de dos años después de su desaparición, aún no hay ni una sola pista sobre el paradero de Lucía García, la anciana con alzheimer que fue vista por última vez la tarde del 22 de octubre de 2016 cuando salía de casa de su hermana en la barriada turrera de Royo Morera, en pleno corazón de Sierra Cabrera. Tenía 78 años.
El sábado, gracias a la Fundación QSD Global, dirigida por Paco Lobatón, se realizó una nueva búsqueda por la zona más próxima a la vivienda de la desaparecida (que dista unos 200 metros del último lugar donde se le vio). El dispositivo concluyó sin éxito. Colaboraron 75 personas de Guardia Civil de la comarca, Seprona, Servicio Cinológico, Servicio de Montaña, Policía Judicial, Secretaría de Estado del Centro de Desaparecidos, miembros de Protección Civil y los especialistas de la Fundación QSD, con el agente José Ángel Sánchez al frente.
La búsqueda se inició a las 7:00 y concluyó a las 14:00, ante la amenaza de lluvia, a pesar de que estaba previsto continuar hasta las 19:00 horas. “No pudieron hacer todo lo que tenían planeado”, lamenta Beatriz García, una de las hijas de la desaparecida. Igualmente, fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil informan que el helicóptero no pudo participar en la búsqueda también por culpa del mal tiempo en la zona.
La batida se centró en las proximidades de la vivienda de Lucía, algunos barrancos y caminos. Estaba previsto escudriñar minuciosamente unos 5-6 kilómetros lineales, pero finalmente fueron menos. “Estamos igual que estábamos. Nos ha costado un año de gestiones realizar esta búsqueda. Si ahora tengo que esperar otro año más...”, dice la hija desilusionada.
Seguirán toda la vida
La familia ha perdido una nueva oportunidad de encontrar a Lucía, pero no se dan por vencidos. “Tengo que seguir. A mi madre no ha podido tragársela la tierra”, reflexiona Beatriz. Por ello, asegura que “la voy a seguir buscando mientras que pueda andar. ¿Que me tiro toda mi vida así? Pues nada, pero tengo que intentarlo”.
El marido de Lucía, de edad avanzada y enfermo, es uno de los que más desilusionados están. “Está muy triste. Se había hecho algunas esperanzas de poder encontrar algo”. Y es que desde hace dos años, su vida y la de su familia gira en torno a la búsqueda.
A lo largo de la batida se encontraron algunos objetos y fueron llevados a la familia para su identificación: una carpeta, una camiseta azul, una media o una zapatilla del número 42. Pero nada pertenecía a la desaparecida.
En el dispositivo había perros expertos en la localización de restos óseos, pero no fueron capaces de dar con ningún rastro. Y es que la principal hipótesis de los investigadores, desde el primer momento, es que Lucía debe estar muy cerca de su vivienda. Es un terreno escarpado, de montaña, con matorrales, barrancos y caminos. Creen que podría haberse caído.
Una desaparición muy extraña
El sábado 22 de octubre de 2016, Lucía, de 78 años y enferma de alzheimer, salió de su casa para visitar a su hermana, a escasos 200 metros. Eran las 16:00. Estuvo unos 10 minutos allí y dijo que se iba. La vieron tomar el camino hacia su casa, pero nunca llegó. A las 16:30 se dieron cuenta de su ausencia. De inmediato la buscaron por toda la zona, a pie y en coche. Jamás se supo nada.
No obstante, ante esta nueva decepción, Beatriz García está cada vez más convencida de que su madre no está allí. “Alguien se la llevó, no sería el primer caso”, admite. Por ello, le pidió en su día a la Guardia Civil investigar los teléfonos móviles que pasaron por la zona en el día y la hora de la desaparición. “Siempre les he dicho que pensaba que se la llevaron en algún coche. No me han dicho nada, pero creo que cada vez me creen más”, reconoce.
Una nueva búsqueda a corto plazo parece descartada. Es difícil gestionarlo, obtener permisos, movilizar a expertos de todo el país. Algo resignados, no desfallecen. “A seguir hasta que Dios quiera”.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/161387/sin-rastro-de-lucia-la-voy-a-seguir-buscando-mientras-pueda-andar