El campo de fútbol hundido “sobre una escombrera” llega a los tribunales

El partido sobre el futuro del campo de fútbol de Tíjola se jugará en los tribunales. La justicia decidirá el enfrentamiento acerca de la responsabilidad por la construcción de un campo de fútbol “sobre una escombrera” y que se hunde por este motivo, según ha denunciado el ayuntamiento de esta localidad del Almanzora.

El consistorio ha interpuesto un contencioso-administrativo para pedir responsabilidades por la construcción de este campo que ahora está inservible “a la dirección de obra y a la Junta de Andalucía que fue quien lo construyó”, ha anunciado el alcalde tijoleño, Mario Padilla (PP), en la Cadena SER.

Previsible

Ni el alcalde ni los vecinos entienden cómo este campo se pudo levantar “en el sitio más inadecuado que podía existir: encima de una escombrera”. Esta elección del terreno ya motivó en el momento de su construcción dudas sobre la resistencia de esta infraestructura deportiva. Dudas que, tal y como recuerda el alcalde tijoleño, no tardaron en hacerse realidad. “Todos pensábamos que se iba a hundir y no tardó mucho. Un año después de su construcción empezó a mostrar síntomas de que estaba mal hecho y se hundía”.

Fue entonces cuando el municipio empezó “a reclamar a la Junta que el campo se estaba hundiendo” pero, pese a que “han ido pasando los años y las reclamaciones y hemos tenido diversos contactos”, ninguno de estos ha conllevado una solución. Y el problema no es menor.

De la disponibilidad de este campo no solo están pendientes aquellos vecinos que quieran disfrutar un rato del deporte rey con los amigos, también se trata de una cuestión de educación y salud. Tíjola cuenta con más de 200 niños inscritos en las en las escuelas deportivas y que “no pueden jugar al fútbol”, lamenta Padilla.

En un brete

Las deficiencias en el campo de fútbol han puesto al ayuntamiento en un brete. Tome la decisión que tome, esta sería demasiado costosa o bien se podría alargar en el tiempo de manera que no fuese ninguna solución para quienes quieren practicar este deporte a corto o medio plazo. Por un lado, el arreglo del actual campo hundido requeriría una inversión equivalente a “hacer cuatro veces un campo de fútbol nuevo”, según el regidor; mientras que adquirir nuevos terrenos para levantar un nuevo campo de fútbol podría demorar la solución durante años. “Habría que hacer una modificación urbanística en las normas que puede llevar cuatro, cinco u ocho años”, estima el alcalde.

Con este panorama, el ayuntamiento tijoleño ha decidido contratar a un equipo de abogados para poner un contencioso contra la Junta de Andalucía y la dirección técnica de la obra. “A ver hasta dónde llegamos porque tenemos más de 200 niños inscritos en escuelas deportivas y que no pueden jugar al fútbol. Nos han recomendado cerrarlo a cal y canto pero, ¿ qué hacemos con 200 niños?”, se pregunta el primer edil. Ninguna de las soluciones que podría aplicar el Consistorio por su cuenta y riesgo parecen viables. Al menos en el corto plazo. Ahora, tras casi dos años pidiendo ayuda y manteniendo contactos con la Administración andaluza, serán los tribunales los que decidan cómo debe resolverse este enfrentamiento por el campo de fútbol.