El Almanzora se involucra en la lucha contra la contaminación lumínica

El encuentro mantenido en las instalaciones del Observatorio de Calar Alto la noche del viernes consiguió que representantes económicos y políticos del Almanzora, tomaran conciencia de la importante actividad científica que en él se desarrolla y de la necesidad de favorecer su reconocimiento mundial con iniciativas como la reducción de la contaminación lumínica. Todo ello con el mejor cielo de Europa como testigo de excepción. Los asistentes pudieron observar nebulosas y estrellas más cerca que nunca, gracias a uno de los telescopios de grandes dimensiones de los que dispone este centro. La visita también sirvió para intentar concienciar a los representantes políticos acerca de los problemas que pueden derivar de una iluminación inadecuada en las localidades más cercanas al centro. Un cielo en peligro La Sierra de los Filabres dispone del mejor cielo de Europa. Un recurso natural único en todo el continente y que la contaminación lumínica podría dañar seriamente. En la última renovación del convenio hispano-alemán (ambos países comparten por igual la gestión del centro), hubo incluso partes reticentes a la continuidad del proyecto debido a este factor. El director del centro fue claro e incluso apuntó a una pérdida de competitividad a nivel mundial si no se reacciona, culpando a dos factores: “La contaminación lumínica y la inversión” en investigación y ciencia. “Hemos perdido un poco esa carrera con otros centros europeos. Debemos plantear un nuevo desafío para que Calar Alto siga siendo un centro de referencia mundial con nuevos equipos, y desarrollando un nuevo telescopio para mantener esa posición privilegiada”, explicó David Barrado, director del centro. De un modo informal y cercano, representantes del centro como el propio Barrado y el astrónomo David Galadí, mostraron el daño que puede causar la contaminación lumínica, no sólo en el desarrollo de las investigaciones científicas, sino a la hora de arrebatar la posibilidad de usar Calar Alto y su cielo como una herramienta turística sin parangón en todo el continente.