Juan Antonio Barrios
01:00 • 12 sept. 2011
Pedro Muñoz Forte vuelve a ver hoy restaurada la estatua conocida popularmente por ‘La Caridad’ después de la reparación que la empresa Dromos ha realizado a la que fue la primera estatua que como elemento decorativo se instaló en la ciudad. Representa a una madre con sus dos hijos ahogados en las inundaciones ocurridas el 11 de septiembre de 1.981.
“Esta señora, llamada María, fue la primera esposa de mi abuelo Miguel Romera Álvarez. Se han publicado muchas historias, pero lo que hasta la fecha no se ha publicado nada es que María solo tenía un hijo, el que aparece en la estatua de pie junto a su madre. El que sostiene en los brazos representa al que aún no había nacido, estaba casi a punto de dar a luz”, señala Pedro Muñoz Forte, nieto de Rosa Castillo, segunda esposa de Miguel Romera Álvarez, el que fuera esposo de María.
Se han publicado distintas historias de lo acontecido durante las tres horas que duró la fuerte lluvia que cayó sobre la ciudad la mañana del 11 de septiembre de 1.981, pero según Pedro y su hermana Adelaida, con los que ha podido hablar LA VOZ, su abuelo trabajaba en una finca en la zona de los antiguos talleres Oliveros.
“Mi abuelo nos contaba que María fue sorprendida por la fuerte tromba de agua y la salida de las distintas ramblas de la ciudad, entre ellas la Rambla de Belén donde vivían, junto a la finca donde se sitúa en la actualidad la delegación de Educación, antiguo cortijo del Gobernador. La riada arrastró hasta el mar a su hijo cuando ella cruzó la rambla para llevarle la comida a mi abuelo y los instintos de la madre fue lanzarse para intentar salvar a su hijo”, rememora Pedro Muñoz.
Pasados unos días, María fue devuelta por el mar y apareció fuertemente abrazada a su hijo, comentan Adelaida y Pedro: “Estaban tan fuertemente abrazados que no pudieron separarlos, y tuvieron que ser enterrados juntos la madre y el hijo, además del pequeño que estaba a punto de nacer. Fue tal el impacto que causó esta imagen en la sociedad de Almería que provocó la iniciativa de agradecer la caridad surgida por estas inundaciones de Almería a través de esta escultura de la madre con sus dos hijos, el que había nacido y se encuentra de pie y el que estaba por nacer y está representado con el niño en brazos de su madre”.
Tras el fallecimiento de María y sin dejar descendencia, Miguel Romera Álvarez se casó con Rosa Castillo, y tuvieron como lugar de residencia una de las pequeñas casas que Miguel recibió por solidaridad y que fueron construidas tras las inundaciones en distintos barrios, entre ellas las viviendas situadas junto a la ermita de San Antonio en los Molinos.
Hoy, a las once de la mañana en la plaza de Las Velas, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, presentará a la ciudad la restauración llevada a cabo por la empresa almeriense Dromos de la escultura de ‘La Caridad’.
“Esta señora, llamada María, fue la primera esposa de mi abuelo Miguel Romera Álvarez. Se han publicado muchas historias, pero lo que hasta la fecha no se ha publicado nada es que María solo tenía un hijo, el que aparece en la estatua de pie junto a su madre. El que sostiene en los brazos representa al que aún no había nacido, estaba casi a punto de dar a luz”, señala Pedro Muñoz Forte, nieto de Rosa Castillo, segunda esposa de Miguel Romera Álvarez, el que fuera esposo de María.
Se han publicado distintas historias de lo acontecido durante las tres horas que duró la fuerte lluvia que cayó sobre la ciudad la mañana del 11 de septiembre de 1.981, pero según Pedro y su hermana Adelaida, con los que ha podido hablar LA VOZ, su abuelo trabajaba en una finca en la zona de los antiguos talleres Oliveros.
“Mi abuelo nos contaba que María fue sorprendida por la fuerte tromba de agua y la salida de las distintas ramblas de la ciudad, entre ellas la Rambla de Belén donde vivían, junto a la finca donde se sitúa en la actualidad la delegación de Educación, antiguo cortijo del Gobernador. La riada arrastró hasta el mar a su hijo cuando ella cruzó la rambla para llevarle la comida a mi abuelo y los instintos de la madre fue lanzarse para intentar salvar a su hijo”, rememora Pedro Muñoz.
Pasados unos días, María fue devuelta por el mar y apareció fuertemente abrazada a su hijo, comentan Adelaida y Pedro: “Estaban tan fuertemente abrazados que no pudieron separarlos, y tuvieron que ser enterrados juntos la madre y el hijo, además del pequeño que estaba a punto de nacer. Fue tal el impacto que causó esta imagen en la sociedad de Almería que provocó la iniciativa de agradecer la caridad surgida por estas inundaciones de Almería a través de esta escultura de la madre con sus dos hijos, el que había nacido y se encuentra de pie y el que estaba por nacer y está representado con el niño en brazos de su madre”.
Tras el fallecimiento de María y sin dejar descendencia, Miguel Romera Álvarez se casó con Rosa Castillo, y tuvieron como lugar de residencia una de las pequeñas casas que Miguel recibió por solidaridad y que fueron construidas tras las inundaciones en distintos barrios, entre ellas las viviendas situadas junto a la ermita de San Antonio en los Molinos.
Hoy, a las once de la mañana en la plaza de Las Velas, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, presentará a la ciudad la restauración llevada a cabo por la empresa almeriense Dromos de la escultura de ‘La Caridad’.
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