La procesionaria del pino suele hacer acto de presencia poco antes de la primavera, pero este año ya han comenzado a detectarse en algunos puntos de la provincia. Por eso, y dado que el contacto con ella puede ser peligroso para la salud, fundamentalmente de niños y también para los perros, el Colegio de Veterinarios (Colvet) de Almería ofrece una serie de consejos para detectarlas y sobre qué hacer en caso de contacto.
Yasmina Domínguez, veterinaria y vocal clínica del Colvet Almería, explica que “la procesionaria del pino es un insecto defoliador con gran apetencia por el pino. Las orugas, que forman una cadena desplazándose por el suelo, son las larvas de este insecto y están cubiertas de pelos urticantes que provocan reacciones alérgicas importantes”. Además, “estos pelos, además, causan su efecto de forma prolongada, porque se clavan en la mucosa afectada”, subraya Domínguez. Otro problema es que, en caso de sentirse en peligro, las orugas pueden ‘lanzar’ los pelos y provocar la reacción alérgica sin siquiera tocarlas.
Los veterinarios insisten en la importancia de vigilar el suelo, especialmente por las zonas en las que haya pinos, evitar el contacto directo con este insecto y estar pendiente de que tanto los niños como las mascotas no las chupen ni las ingieran directamente.
El problema es que la procesionaria, por su aspecto ‘peludo’ y su forma de desplazarse, en fila india, resulta muy atractiva tantos para los niños como para los perros curiosos. Sin embargo, los gatos, por su propia naturaleza, no caen tan a menudo en su trampa.
En el caso de las mascotas, la sintomatología será diferente en función del tipo de contacto al que haya estado sometido en animal. “Los efectos oculares se derivan del contacto con pelos sueltos en el aire, o nasales, por aspirarlos del suelo” afirma Domínguez. En los casos más graves, la muerte se produce por anafilaxia -una reacción alérgica grave en todo el cuerpo- o debido a las graves lesiones en el tubo digestivo.
Hay ciertos síntomas que pueden dar la voz de alarma de que las mascotas han estado en contacto con la procesionaria. Podrán sentirse más nerviosos de lo habitual, tener un babeo excesivo o rascado de la cara y ojos con las patas o contra el suelo. También, pueden presentarse vómitos, color azulado de los labios y lengua y la dificultad respiratoria pueden presentarse por la reacción alérgica.
Desde el Colvet insisten en la importancia de acudir rápidamente al veterinario si la mascota presenta estos síntomas para aplicar el tratamiento lo antes posible. Esto será fundamental tanto para la evolución de los daños como para la supervivencia del animal. Es importante también no frotar la zona que está afectada, ni provocar el vómito, aunque, puntualizan que “la mejor forma de disminuir el efecto es lavar la boca del perro con agua caliente a presión”. Por último, el Colegio de Veterinarios desaconseja aplicar tratamientos que no estén bajo la supervisión de un profesional.
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