El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado la aprobación de los criterios de buceo recreativo responsable en reservas marinas. Se trata de un instrumento normativo que recoge las medidas ya adoptadas por la Administración en 2017, con los cambios y actualizaciones que la experiencia acumulada en este tiempo ha sugerido, incorporando este régimen jurídico a la orden de general aplicación para las reservas marinas, explica el Ministerio para la Transición Ecológica, colaborador de la iniciativa, a través del proyecto Pescares.
La norma que ahora ve la luz tiene su origen en el documento que elaboró la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a solicitud del propio sector del buceo y en colaboración con el sector pesquero profesional, y a través del proyecto Pescares sobre gobernanza en reservas marinas, para recoger la propuesta de criterios de buceo responsable en estos entornos.
Obligatorios
Estos criterios, de obligado cumplimiento desde el pasado 14 de febrero, son en esencia un código de buenas prácticas para el buceo de recreo en las reservas marinas que priman la realización de esta actividad en condiciones que, además de asegurar la calidad de la inmersión y el respeto a otras actividades, garanticen el mantenimiento de la reserva marina.
El primer punto que recoge esta norma es que todas las inmersiones de buceo recreativo realizadas en las reservas marinas de interés pesquero deben contar con un ‘buceador guía’, responsable de la inmersión, que tenga atribuciones para actuar como tal en función de su titulación. En el caso de las inmersiones realizadas por particulares, uno de los buceadores debe asumir el papel de ‘buceador guía’ responsable de la inmersión, para lo cual deberá tener la capacitación correspondiente.
Además, en representación de todas las entidades, en cada reserva marina se ha creado un equipo colaborador de buceadores de reservas marinas de interés pesquero, que en el caso de Cabo de Gata en el Centro de buceo ISUB, situado en San José, en Níjar.
Medida pionera
De esta manera, la Secretaría General de Pesca del Ministerio español “se convierte en pionera en la adopción y aplicación de un código de buenas prácticas para el ejercicio de esta actividad en espacios protegidos”, destacan.
Junto a Cabo de Gata-Níjar, los enclaves declarados reservas marinas, que en la actualidad son Cabo de Palos-Islas Hormigas, Levante de Mallorca-Cala Rajada, Isla de Alborán, Islas Columbretes, Isla Graciosa, Isla de Tabarca, Isla de la Palma, La Restinga y Masía Blanca.
El proyecto Pescares es desarrollado por la Asociación Océano Alfa, con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca.
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