Carboneras ha llorado esta mañana en la despedida de José Fernández García, maestro de profesión y, además, la persona que ha hecho posible que no se pierda la tradición de moros y cristianos en las fiestas de San Antonio.
Por primera vez en la historia de Carboneras, en un funeral han participado de forma conjunta las tropas de moros y cristianos y la Banda Municipal de Música. Los moros viejos han portado a hombros el féretro con los restos mortales de Don José desde el Castillo de San Andrés hasta la Iglesia Parroquial de San Antonio de Padua.
El momento más emotivo ha sido el minuto de silencio que se ha guardado a las puertas del Castillo, donde durante decenas de años José Fernández García, que falleció el pasado lunes, dirigió los diálogos entre ambas tropas.
El templo parroquial se ha quedado pequeño para arropar a los familiares. Han recibido el consuelo de decenas de vecinos la esposa, Antonia Quijano (Nona) y sus hijos Ramón, José Antonio, Sofía y Pablo Fermández Quijano.
A la ceremonia religiosa han acudido, además, el actual alcalde, Felipe Cayuela, y sus predecesores, Salvador Hernández y Cristóbal Fernández.
El Ayuntamiento de Carboneras ha mostrado públicamente sus condolencias en la red social Facebook.
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