REDACCIÓN
07:00 • 23 sept. 2011
La Junta de Andalucía reconoció ayer, en el marco de los Premios de Andalucía de Agricultura y Pesca 2010, la labor de Juan Antonio Petit Moya, presidente de FAECA-Almería entre 1995 y 2004, y también entregó un galardón al empresario almeriense Rafael Úbeda Montoya en la categoría Calidad Certificada, como propietario de la almazara Castillo de Tabernas.
La trayectoria profesional de Juan Antonio Petit es un buen exponente de la vida de muchos hombres dedicados a la producción y exportación de frutas y hortalizas. Desde que empezó a trabajar en Almería, allá por los años 50 ha sido no sólo testigo de la evolución que ha experimentado el sector hortofrutícola en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, sino que ha sido un actor más de esta evolución.
Cuando Juan Antonio Petit llegó a Almería en 1954 lo hizo en calidad de apoderado de una empresa dedicada a la exportación de naranja y uva. Entonces esos productos eran de los más significativos de Almería, pero Petit advirtió que también existían oportunidades para otras frutas y hortalizas. En 1955 inició las primeras plantaciones de tomate para Reino Unido, convirtiéndose en pionero en el cultivo y exportación de un producto que hoy es el más importante de la horticultura almeriense.
Petit formó parte de ese inicio del cultivo de tomate de invierno en la península, ya que hasta mediados de los años cincuenta, era Canarias quien tenía el monopolio de exportación de tomate de invierno al Reino Unido. Junto a Almería se desarrollaron las zonas peninsulares de la costa de Murcia y Alicante.
Ha sido testigo, por tanto, del surgimiento de la agricultura de exportación y también ha vivido todas las etapas importantes del sector. En 1977 fue socio fundador de Coexphal y diez años después, constituyó la SAT Agromurgi, junto con otros productores. Como representante del sector almeriense, a través de Coexphal (donde ocupó la presidencia durante 16 años) y como miembro de la SAT Agromurgi fue testigo de la adhesión de España a la UE y de las ventajas que ello supuso para nuestras exportaciones, a pesar de que el largo periodo de adhesión, que hizo que hasta 1993 no se pudiera exportar a la UE sin barreras arancelarias.
En estos momentos nos encontramos con retos importantes: la competencia de países terceros mediterráneos, las negociaciones de la OMC, el comportamiento de los precios, muy inestables y con fuertes oscilaciones en las campañas, el incremento constante de la cuota de mercado de la gran distribución, las crecientes demandas de los consumidores, etcétera. Todos son retos que habrá que afrontar y para ello necesitaremos seguir contando con la experiencia y buenos consejos de hombres como Petit.
En definitiva, el sector hortofrutícola es un sector de gran importancia tanto en lo social, como en lo económico; pero esta importancia no se hubiera alcanzado sin la aportación humana y profesional de hombres como el actual presidente honorífico de Coexphal, Juan Antonio Petit.
La trayectoria profesional de Juan Antonio Petit es un buen exponente de la vida de muchos hombres dedicados a la producción y exportación de frutas y hortalizas. Desde que empezó a trabajar en Almería, allá por los años 50 ha sido no sólo testigo de la evolución que ha experimentado el sector hortofrutícola en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, sino que ha sido un actor más de esta evolución.
Cuando Juan Antonio Petit llegó a Almería en 1954 lo hizo en calidad de apoderado de una empresa dedicada a la exportación de naranja y uva. Entonces esos productos eran de los más significativos de Almería, pero Petit advirtió que también existían oportunidades para otras frutas y hortalizas. En 1955 inició las primeras plantaciones de tomate para Reino Unido, convirtiéndose en pionero en el cultivo y exportación de un producto que hoy es el más importante de la horticultura almeriense.
Petit formó parte de ese inicio del cultivo de tomate de invierno en la península, ya que hasta mediados de los años cincuenta, era Canarias quien tenía el monopolio de exportación de tomate de invierno al Reino Unido. Junto a Almería se desarrollaron las zonas peninsulares de la costa de Murcia y Alicante.
Ha sido testigo, por tanto, del surgimiento de la agricultura de exportación y también ha vivido todas las etapas importantes del sector. En 1977 fue socio fundador de Coexphal y diez años después, constituyó la SAT Agromurgi, junto con otros productores. Como representante del sector almeriense, a través de Coexphal (donde ocupó la presidencia durante 16 años) y como miembro de la SAT Agromurgi fue testigo de la adhesión de España a la UE y de las ventajas que ello supuso para nuestras exportaciones, a pesar de que el largo periodo de adhesión, que hizo que hasta 1993 no se pudiera exportar a la UE sin barreras arancelarias.
En estos momentos nos encontramos con retos importantes: la competencia de países terceros mediterráneos, las negociaciones de la OMC, el comportamiento de los precios, muy inestables y con fuertes oscilaciones en las campañas, el incremento constante de la cuota de mercado de la gran distribución, las crecientes demandas de los consumidores, etcétera. Todos son retos que habrá que afrontar y para ello necesitaremos seguir contando con la experiencia y buenos consejos de hombres como Petit.
En definitiva, el sector hortofrutícola es un sector de gran importancia tanto en lo social, como en lo económico; pero esta importancia no se hubiera alcanzado sin la aportación humana y profesional de hombres como el actual presidente honorífico de Coexphal, Juan Antonio Petit.
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