La familia de Juan de Dios López Milán, el joven de 26 años que desapareció en Roquetas de Mar el pasado 5 de abril, dice no perder la esperanza de que aparezca con vida aunque, lógicamente, a medida que pasan los días crece también el desánimo. Un pesimismo que se alimenta sobre todo en la idea de que este hombre, un padre de dos hijos, trabajador y muy apegado a su familia, jamás podría mantenerse alejado de ella sin dar señales de vida durante tanto tiempo.
Su prima Elena Viciana, una de sus familiares más activas en su búsqueda -ella ha encabezado las movilizaciones de allegados y vecinos- es de esta idea, y cree que tanto los padres de Juan de Dios como su pareja piensan igual: “Si él estuviera bien, se habría puesto en contacto con nosotros”, dice.
Elena está convencida, sobre todo, de que su primo no sería capaz de marcharse voluntariamente sin dar noticias a sus padres - “son uña y carne”, explica- ni a su mujer o sus hijos. Por eso, ella reconoce que al día de hoy es pesimista. “No creo que se haya quitado la vida, sino que podría haberse encontrado con alguien que le puede haber hecho algún mal”, aventura.
“Todavía no entendemos nada. Juan de Dios tenía una vida perfecta, era un joven trabajador, quería a su mujer, a sus padres, y era un padrazo con sus hijos”, continúa, todavía incrédula por lo que están viviendo.
Juan de Dios López vive en una casa de planta baja, situada justo al lado de la de sus padres, con su mujer, M. -con quien mantiene una relación desde hace ocho años-, y sus dos hijos, un niño de tres años y medio y una niña de dos. En sus perfiles de redes sociales había publicado un gran número de fotografías con todos ellos.
Salió para despejarse
La familia del desaparecido ha informado de que la tarde del viernes 5 de abril, salió solo de su casa para “despejarse porque estaba quemado con su trabajo como peón en un semillero del Poniente”. Su padre, Paco -quien está especialmente hundido por la desaparición de su hijo, con quien estaba muy unido-, fue el último en hablar con él por teléfono, sobre las siete de la tarde.
Después de llegar a casa con sus padres y su pareja, Juan de Dios salió a pie, todavía con la ropa del trabajo -pantalones y sudadera azul y zapatillas deportivas rojas-, con el teléfono móvil y su cartera. Dejó el coche aparcado en la puerta, donde todavía sigue. Desde esa última llamada a su padre, no ha utilizado el teléfono y no atiende a las llamadas, y en su cuenta bancaria no se han registrado movimientos.
Hasta el momento, familiares y allegados han organizado búsquedas y batidas por distintas zonas de Roquetas, como la Urbanización, las 200 Viviendas, o Cortijos de Marín, aunque hasta el momento sin resultado.
La Guardia Civil sigue con sus pesquisas
La Guardia Civil ha participado en la búsqueda con coches y con la ayuda de helicópteros. Sin embargo, parte de la familia se siente un tanto sola . “Los padres llevan 13 días sin haber recibido una sola llamada de la Guardia Civil”, expone un familiar. Y es que piensan que no se están poniendo los mismos medios que en otras desapariciones.
Sin embargo, Ignacio López, portavoz y hermano de Juan de Dios, sí cree que la Benemérita está haciendo todo lo posible y que “está actuando correctamente en sus investigaciones”. “Lógicamente nos dicen que no pueden decirnos todo lo que saben”, pero creo que están haciendo bien las cosas”, afirma.
La familia también ha pegado carteles por todo el municipio, que de momento no han dado como resultado ninguna pista cierta, y se ha publicado el aviso en la página web de la Asociación SOS Desaparecidos, la más conocida en el país. Aunque un grupo de familiares no cesa a diario en esa búsqueda, también siguen programando otras más numerosas, que hasta ahora han reunido hasta más de 60 personas. La más próxima será este domingo, cuando se quieren recorrer zonas de invernaderos de Roquetas y otros pueblos cercanos.
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