Cajamar mueve ficha en Hispatec, Las Palmerillas y Negocio Agroalimentario

Cajamar ha comenzado la nueva campaña hortofrutícola reestructurando la dirección de tres líneas estratégicas vinculadas a la actividad agraria, como son la Estación Experimental de Las Palmerillas, la firma tecnológica Hispatec y su área de Negocio Agroalimentario. Al frente de las mismas ha puesto a tres nombres que ya estaban en la casa.

Roberto García Torrente, hasta ahora director de Las Palmerillas, ostenta desde este mes de septiembre el cargo de director de Negocio Agroalimentario. Este puesto lo dirigía Miguel Rodríguez de la Rubia que es ahora el nuevo presidente de Hispatec. Este triángulo lo cierra Mari Cruz Escudero, que de responsable de recursos humanos de la Fundación Cajamar pasa a la dirección de Las Palmerillas, centro que ya conocía de un anterior periplo como responsable económico-financiera de la Estación Experimental de Cajamar.

Precisamente ayer en estas instalaciones Mari Cruz Escudero protagonizaba su primer acto como directora de este centro puntero en desarrollo e investigación agrícola. “El objetivo es que los agricultores nos sigan viendo como una referencia para la mejora de su actividad; por eso, hay que ir por delante”, dijo.

Escudero dio la bienvenida a un novedoso proyecto conjunto entre Hispatec, la Universidad de Almería y Coexphal, que fue presentado a un nutrido grupo de gerentes y presidentes de comercializadoras como Agrupalmería, Agroponiente, Única Group o CASI, entre otras. “Hay que seguir invirtiendo en tecnología”, expresó Rodríguez de la Rubia.

CMIagro, un sistema de alarmas anticrisis

Tras un año de trabajo ayer se desgranó el primer cuadro de mandos integral (dinámico y no estático) que se crea para el sector agroalimentario, dentro del concepto ERP Agro de Hispatec.

“Esta herramienta sirve para conocer el nivel de ejecución de los objetivos estratégicos de la empresa, ver si se cumplen o no, y actuar con rapidez en caso negativo”, apuntó Antonio Gómez, director comercial de Hispatec.

Por ejemplo, si una comercializadora prevé enviar entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre “x” toneladas de producto a “x” mercado, puede ocurrir que esa cantidad se cubra un mes antes de lo previsto. Entonces se enciende el semáforo rojo (también existe el naranja y el verde), dentro de este sistema de alarmas anticrisis llamado CMIagro, así la empresa puede desviar parte de su producto a otros mercados y evitar el colapso y hundimiento de precios.

En realidad, las utilidades de esta herramienta son numerosas en el campo de la comercialización, la producción, la sanidad vegetal, los costes laborales o la contabilidad de la compañía.

CMIagro tiene un coste de 10.000 euros. “No es caro”, aseveró Antonio Gómez, “Hispatec hace consultorías individuales a cada empresa para adaptar el producto a sus características”.