Si en algún lugar de España el Partido Popular se va a batir este 26 de mayo contra sus propias contradicciones, sus propios demonios y sus peores miedos internos, ese lugar va a ser, sin que quepan muchas dudas, El Ejido. Si va a haber un sitio que ponga en escena mejor que los demás el pulso entre las dos caras del hasta ahora -y por el momento todavía- partido hegemónico de la derecha española, la cara más ‘centrista’ y esa otra más extrema, el sitio será El Ejido. Porque, de hecho, la pugna entre el discurso más duro y el más moderado de ese segmento ideológico llevada no al territorio de lo orgánico, sino al electoral, no es nueva en el municipio del Poniente almeriense. Bien al contrario, es una batalla que allí ya se ha librado antes, solo que con otras caras y con otros nombres.
El municipio epicentro del ‘milagro’ económico de la agricultura intensiva almeriense (85.000 habitantes, de ellos un 20% inmigrantes) lleva siendo desde el año 1991 un indiscutible feudo de la derecha, que ya por entonces representaba mayoritariamente el Partido Popular. El PP liderado por entonces por el exalcalde Juan Enciso -prototipo del perfil medio de la socioeconomía local- ha sido durante dos décadas ininterrumpidas una auténtica máquina de ganar elecciones con abrumadoras mayorías absolutas.
Enciso y el equipo municipal que le rodeaba ya tuvieron un primer choque de trenes con los dirigentes de su propio partido, a nivel provincial, andaluz y nacional, a cuenta de sus duras posiciones respecto a la inmigración en los violentos episodios del año 2000 y la supuesta inseguridad generada por la creciente llegada de trabajadores extranjeros. El alcalde ejidense del PP dobló el brazo a su partido y el indudable éxito posterior en las urnas pareció avalar sus posiciones: en las siguientes elecciones, las de 2003, consiguió los mejores resultados de la historia del municipio, con un 67,8% de apoyo electoral y 18 de los 25 concejales del Ayuntamiento.
Pero es que cuando en 2004 el sector ejidense del PP volvió a desafiar al partido y terminó rompiendo con él para fundar el Partido de Almería (PAL), arrastró consigo prácticamente todo el capital electoral que había tenido como PP. Los resultados de las elecciones municipales de 2007 lo dejaron bien en evidencia: el PAL liderado por Enciso obtuvo la mayoría absoluta con un 51,9% de los votos que, sumados al 15,9 que tuvo el PP, arrojan exactamente el 67,8% de cuatro años antes en solitario.
Herederos del PAL
Fue a raíz de destaparse en 2009 la presunta trama de corrupción en el Ayuntamiento conocida como caso Poniente -pendiente aún de juicio- y del desmantelamiento del PAL que el PP volvió a recuperar la alcaldía en las elecciones de 2011, y de nuevo con mayoría absoluta y un 49% de los votos. Esa hegemonía la ha mantenido hasta ahora, con un Francisco Góngora que en 2015 revalidó la alcaldía y retuvo para el PP la única mayoría absoluta en una población importante de la provincia, con 14 concejales y un 47,9% de sufragios.
Pero el panorama ha cambiado sustancialmente en el último año, y al PP de El Ejido y a Góngora se le ha puesto enfrente un competidor que -no parece casualidad- recoge un discurso similar sobre inmigración al que se impuso a la línea oficial del partido en el año 2000.
Ese competidor, Vox, cuya candidatura municipal encabeza -por coincidencia, o no- Juan José Bonilla, hijo precisamente de uno de los agricultores cuyo asesinato desencadenó aquella violencia, ya ha ganado las dos convocatorias electorales de los últimos meses, las andaluzas de diciembre y las generales de abril. Y con cifras que no dejan lugar a dudas: 600 votos y dos puntos y medio más que el PP en las autonómicas, dos mil votos y ocho puntos más el pasado 28-A.
El Ejido se ha situado así en el punto de mira porque las quinielas apuestan a que pueda convertirse en el primer municipio importante en población de toda España en que Vox pueda ganar las elecciones locales y situarse en posición de ocupar la alcaldía. Ello dependerá no solo de su propia victoria sino, sobre todo, de lo que sumen otros y de la política de pactos poselectorales. Unos pactos que, en el caso ejidense, amenazan con poner a los partidos, PP y Ciudadanos, pero también el PSOE, frente al espejo.
Y es que, aunque se trate de convocatorias electorales diferentes con objetivos diferentes y basadas en la persona del candidato, la cercanía de las generales da más elementos de análisis: el PSOE ejidense ha recortado bastante distancia con el PP, hasta situarse a poco más de un punto de diferencia, pero es que también Ciudadanos se le ha acercado a 1.500 votos. ¿Daría el PP la alcaldía a Vox por acuerdos globales? ¿Se sumaría también Ciudadanos? ¿Podrían PSOE, PP y Cs pactar para evitar que gobernara un partido de extrema derecha un Ayuntamiento tan significado?
El próximo pleno de 25 concejales del Ayuntamiento de El Ejido -todo lo indica- se parecerá en poco al de los últimos tiempos.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/172462/la-batalla-del-poniente-el-pp-contra-sus-demonios