Las actividad minera en Beja ya es solo un recuerdo. Los trabajadores que subían a la Sierra de Gádor y bajaban a los días o semanas; los lavaderos de plomo y fluorita que perduran en El Segundo o la entrada abierta a alguna de las galerías que se conservan como testigos mudos de lo que un día fue la zona son los pocos vestigios que quedan de una importante y fructífera actividad minera que, desde este pueblo de La Alpujarra, fue capaz de llegar a decidir cuánto valían materiales como el plomo en el mercado mundial.
La importancia de la minería en el municipio virgitano está muy cerca de convertirse de nuevo en realidad gracias al empeño de la compañía Minera de Órgiva SL en volver a dar sentido a todos los recuerdos mineros que aún perduran en la Sierra de Gádor. Y lo hará a través de la explotación de la Mina Berja, en la conocida como Loma del Sueño, una mina que fue explotada para la extracción de fluorita por última vez a finales de los años 70 por la compañía M.I.N.E.R.S.A., quien construyó un gran número de galerías en su interior por las que podían circular camiones y maquinaria pesada.
El material
Ahora, Minera de Órgiva trabaja para que la apertura de la Mina de Berja sea una realidad lo antes posible. Así lo asegura Almudena Núñez, una virgitana que ocupa el cargo de directora facultativa de permisos de Investigacion en la compañía minera, y que vive con las mismas dosis de profesionalidad que de pasión la “prácticamente segura” puesta en marcha de la actividad minera en la zona virgitana de la Sierra de Gádor. "Nos encontramos en un proceso de investigación, que está muy avanzado y que nos ha permitido demostrar que el recurso mineral está, ya que hemos encontrado que hay fluorita, galena (plomo) e, incluso, algo de cinc".
Pero, explica Núñez, el mineral protagonista de las extracciones será, sin duda, la flurorita, una materia prima muy demanda en el mercado mundial para la fundición de acero (actualmente suministran a acerías del País Vasco y Portugal) y para la industria cementera, donde Turquía es uno de los principales compradores de la compañía. "Es un material que se cotiza", apunta Núñez, quien asegura que también será posible extraer fluorita ácida, un mineral con gran uso en la actualidad, entre otras cuestiones, en los gases para enfriar.
Medioambiente
El material está, pero las tareas administrativas y burocráticas, el "papeleo" aún no está concluido. Tras analizar las muestras obtenidas y comprobar que hay material y una cantidad rentable como para ser extraída, tal y como ha sucedido en Mina Berja, el siguiente paso es realizar un análisis pormenorizado del posible impacto que la actividad minera pudiera causar en el medioambiente de la Sierra de Gador. Un proceso que ha sido realizado con éxito y que es uno de los valores principales para la puesta en marcha de las minas, ya que toda la actividad de la mina se realizará dentro de las galerías: la extracción, la planta de tratamiento y todos los depósitos de materiales y estériles no causarán ninguna variación al paisaje natural que acoge zonas como la balsa del Sabinar.
Algo que los vecinos del municipio granadino de Órgiva ya han comprobado. Allí, en la Sierra de Lújar, la actividad minera solo ha creado riqueza. "Hemos pasado de tener dos trabajadores a 50 y generar 120 puestos de trabajo indirectos", subraya la directora, quien hace hincapié en que también es compatible con la actividad de ocio en la naturaleza que se practicaba antes de que la compañía comenzase con sus trabajos. "Tenemos muchos años de experiencia en la Sierra de Lújar y somos compatibles con el senderismo, con el mountanbike y con todas las actividades que los vecinos del municipio y turistas hacían allí tradicionalmente. Y tenemos el conocimiento, porque somos una empresa cien por cien minera y respetuosa con el medioambiente, como demuestra que hemos sido reconocidos por la Unión Europea y participamos en el proyecto europeo SLIM para la minería sostenible", sentencia Almudena Núñez.
Y conservar la zona tal y como se encuentra en la actualidad ha sido, en gran medida, una de las razones que ha llevado al Ayuntamiento de Berja a compartir "al completo" el poyecto de explotación de Minera de Órgiva S.L. "Para el equipo de Gobierno, y para todos los virgitanos, es una gran noticia, porque va a volver al municipio una actividad generadora de empleo de calidad y que no solo va ayudar a la conservación del medioambiente, también va a ayudar al desarrollo del pueblo, ya que la filosofía de esta empesa es muy clara: todo lo que se pueda comprar en Berja, se compra en Berja", explica el recientemente elegido alcalde del municipio, José Carlos Lupión, quien tiene muy claro que el proyecto "va a salir adelante", principalmente, explica, porque "todas las administraciones vamos a trabajar para que así sea". Una oportunidad única para el municipio que, según las previsiones, puede generar en torno a un centenar de puestos de trabajo “o más”. “Según nuestros estudios, en las minas de Berja tenemos más mineral que en las de Òrgiva”, anuncia Núñez.
Siglos de trabajo en las galerías virgitanas
Las galerías mineras que se distribuyen por toda la Sierra de Gádor virgitana son una muestra de la potencia mundial que un día fue este pueblo alpujarreño. Una relación entre las minas y el ser humano que en el municipio de Berja se remonta a las culturas íbera, musulmana, fenicia o romana, tal y como asegura Valeriano Sánchez, historiador y miembro de la Academia Andaluza de la Historia.
“La actividad minera en la Sierra de Gádor tuvo ya importancia en época romana, aunque, sin duda, su máximo apogeo se vivió en el siglo XIX, cuando el plomo extraído en las minas de Berja llegó a regular el precio mundial de este metal”, explica el historiador, quien conoce a la perfección todos los procesos por los que han pasado los tradicionalmente conocidos como ‘laboreos’, como que los musulmanes, alentados desde el reino de Granada, querían extraer otro mineral más apreciado que el plomo y la fluorita, la plata, el conocido técnicamente como plomo argentífero. “Además, aún se conservan dos lingotes que se encontraron en la Loma del Sueño y que están sellados con alfabeto íbero, que aún no se ha conseguido descifrar”, apunta Sánchez.
Pero sin duda, la marca más reconocible que la minería ha dejado en Berja es su centro histórico y algunos de los edificios más reconocibles que configuran su paisaje inmobiliario, como las tradicionales casas palaciegas, que se pueden encontrar en muchas de sus calles y que, como explica el historiador virgitano, son síntoma de la opulencia que vivieron muchos vecinos del municipio con la actividad minera.
“En Berja surgió una burguesía muy rica alrededor de la actividad minera, lo que se tradujo en grandes avances para el municipio, no solo económicos y de infraestructuras, también culurales y artísticos, ya que de todos los pueblos que había alrededor, solo los virgitanos eran los que podían estudiar carrera, incluso en el extranjero”, asevera Sánchez, que recuerda: “La riqueza e importancia era tal que los mineros de Berja llegaron a tener una casa de banca en París con el banquero Ubaldo Sánchez Torres”.
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