Marta Rubí
18:54 • 09 oct. 2011
El fin de un ingreso hospitalario es el comienzo de la gestión de casos en los domicilios que coordinan las diez enfermeras de enlace del Distrito Sanitario Norte. Estas profesionales realizan “una práctica avanzada de cuidados”, tal como explica María López Cano, del centro Atención Primaria de Ciudad Jardín. Una labor que satisface las necesidades de salud de personas con elevada complejidad clínica “así como de su entorno cuidador” y que lleva a una media de una docena de casos semanales cada uno, un total de 120 entre las diez.
“Identificamos al paciente, valoramos, planificamos y coordinamos con el resto de profesionales los recursos necesarios y analizamos los resultados”, resume López Cano. Por ello, este colectivo ha pasado a denominarse “enfermeros gestores de casos” que compone un trabajo interdisciplinar y en equipo. Son los compañeros de los hospitales quienes, desde 2002, captan los casos complicados, “de pacientes con necesidades de cuidados al alta”, o de grandes dependientes para que se realice el seguimiento en sus domicilios. “Se consigue con todo esto que el paciente permanezca en su entorno, lo que es muy positivo para él”, añade la enfermera.
Otra de las labores principales de estas profesionales es el apoyo a los cuidadores de este tipo de pacientes. “Se les asesora y se realizan talleres prácticos, de formación; además, en las visitas domiciliarias pueden resolver sus dudas”, especifica López Cano, quien explica que los cuidadores “sufren un gran desgaste físico y psicológico”. Por ello, la ayuda de las enfermeras de enlace “es muy bien recibido”. La coordinadora de Ciudad Jardín se muestra satisfecha porque “cada vez se conoce más la labor” de la gestión de casos: “Se percibe que te identifican como parte del equipo”.
López Cano destaca así la necesidad de “respeto, integridad, colaboración y excelencia” de los profesionales que atienden la práctica clínica avanzada. “También la cercanía es fundamental en el trabajo, ya que en muchas ocasiones la familia necesita consejos y apoyo”.
En el caso del Distrito Norte, los profesionales que atienden a los pacientes graves se reparten en diez zonas: el Bajo Andarax, Nijar-Campohermoso, La Cañada, San Leonardoy Nueva Andalucía, Oliveros, Ciudad Jardín, Plaza de Toros, Cruz de Caracava y El Puche, Virgen del Mar y el nuevo centro del Mediterráneo y La Alcazaba, según explica la enfermera.
La valoración de cada caso permite especificar la naturaleza de los cuidados necesarios. López Cano aclara que, si bien la labor de las enfermeras gestoras de casos varía con cada persona, se suele realizar un seguimiento del paciente con una visita mínima cada seis meses en su domicilio.
Tarjeta “Más cuidado”
A la atención a pacientes en el último momento de su vida y otros con patologías crónicas se suman asistencias “más selectivas” fruto de la necesidad de cuidados “tras un ingreso”, entre otros. En el caso de los grandes dependientes, se les hace entrega de la tarjeta “Más cuidado” que les otroga cierta prioridad y que suele benificiar “sobre todo a enfermos de alzheimer” -según López Cano- “y a sus cuidadores, que se benefician del asesoramiento”. Así, la coordinación con los trabajadores sociales de cada centro de salud “es muy paralela a la de los gestores de casos”, declara.
Los criterios de selección se realizan sobre grupos de población entre los que se encuentran las personas incluidas en el programa de atención a domicilio del SAS y con enfermedades o procesos de baja prevalencia pero que necesitan un abordaje específico y diferenciado. Además, se atiende a aquellos que tras un ingreso sufren cambios en sus condiciones de vida y en su entorno familiar, pacientes con tres o más enfermedades crónicas avanzadas, con déficit de autonomía o en los últimos momentos de su vida y sus cuidadores.
“Identificamos al paciente, valoramos, planificamos y coordinamos con el resto de profesionales los recursos necesarios y analizamos los resultados”, resume López Cano. Por ello, este colectivo ha pasado a denominarse “enfermeros gestores de casos” que compone un trabajo interdisciplinar y en equipo. Son los compañeros de los hospitales quienes, desde 2002, captan los casos complicados, “de pacientes con necesidades de cuidados al alta”, o de grandes dependientes para que se realice el seguimiento en sus domicilios. “Se consigue con todo esto que el paciente permanezca en su entorno, lo que es muy positivo para él”, añade la enfermera.
Otra de las labores principales de estas profesionales es el apoyo a los cuidadores de este tipo de pacientes. “Se les asesora y se realizan talleres prácticos, de formación; además, en las visitas domiciliarias pueden resolver sus dudas”, especifica López Cano, quien explica que los cuidadores “sufren un gran desgaste físico y psicológico”. Por ello, la ayuda de las enfermeras de enlace “es muy bien recibido”. La coordinadora de Ciudad Jardín se muestra satisfecha porque “cada vez se conoce más la labor” de la gestión de casos: “Se percibe que te identifican como parte del equipo”.
López Cano destaca así la necesidad de “respeto, integridad, colaboración y excelencia” de los profesionales que atienden la práctica clínica avanzada. “También la cercanía es fundamental en el trabajo, ya que en muchas ocasiones la familia necesita consejos y apoyo”.
En el caso del Distrito Norte, los profesionales que atienden a los pacientes graves se reparten en diez zonas: el Bajo Andarax, Nijar-Campohermoso, La Cañada, San Leonardoy Nueva Andalucía, Oliveros, Ciudad Jardín, Plaza de Toros, Cruz de Caracava y El Puche, Virgen del Mar y el nuevo centro del Mediterráneo y La Alcazaba, según explica la enfermera.
La valoración de cada caso permite especificar la naturaleza de los cuidados necesarios. López Cano aclara que, si bien la labor de las enfermeras gestoras de casos varía con cada persona, se suele realizar un seguimiento del paciente con una visita mínima cada seis meses en su domicilio.
Tarjeta “Más cuidado”
A la atención a pacientes en el último momento de su vida y otros con patologías crónicas se suman asistencias “más selectivas” fruto de la necesidad de cuidados “tras un ingreso”, entre otros. En el caso de los grandes dependientes, se les hace entrega de la tarjeta “Más cuidado” que les otroga cierta prioridad y que suele benificiar “sobre todo a enfermos de alzheimer” -según López Cano- “y a sus cuidadores, que se benefician del asesoramiento”. Así, la coordinación con los trabajadores sociales de cada centro de salud “es muy paralela a la de los gestores de casos”, declara.
Los criterios de selección se realizan sobre grupos de población entre los que se encuentran las personas incluidas en el programa de atención a domicilio del SAS y con enfermedades o procesos de baja prevalencia pero que necesitan un abordaje específico y diferenciado. Además, se atiende a aquellos que tras un ingreso sufren cambios en sus condiciones de vida y en su entorno familiar, pacientes con tres o más enfermedades crónicas avanzadas, con déficit de autonomía o en los últimos momentos de su vida y sus cuidadores.
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