Esta semana el Ayuntamiento de Mojácar celebró dos plenos: uno de carácter extraordinario, donde se han aprobado diversas medidas municipales; y otro ordinario, siendo este último el primero de la nueva corporación municipal tras las elecciones del mes de mayo.
Una legislatura que ha arrancado con desacuerdo en el consistorio mojaquero después de que, en el pleno extraordinario, se tratase como último punto del día la aprobación inicial de la ordenanza municipal reguladora de la publicidad dinámica del Ayuntamiento.
Ordenanza ‘discutida’
Con la ordenanza reguladora de la publicidad, el consistorio pretende establecer criterios y, en su caso, las medidas correctoras que hagan prevalecer el interés general sobre los particulares. De este modo, según detallaron en su presentación, la regulación de la publicidad dinámica “se realizará sobre la comunicación realizada por personas físicas o jurídicas en el ejercicio de una actividad comercial, encaminada a promover la contratación de bienes o servicios de toda clase o la difusión de mensajes de naturaleza social, cultural, política o cualquier otra realizada de modo directo con los posibles clientes o usuarios cuando esta práctica sea en zonas de dominio público, vías, espacios libres públicos y zonas privadas de concurrencia pública”.
Así, en esta regulación estará incluida la publicidad manual, el reparto domiciliario, el uso de vehículos con megafonía, los carteles o el material situado en vías pública o fachadas y publicidad oral. Por lo que las personas o empresas interesadas en este tipo de publicidad deberán pedir autorización al Ayuntamiento de Mojácar, que será el encargado de otorgar la autorización para garantizar que esta actividad publicitaria respeta la dignidad de las personas, no induce a engaño y, en caso de tratarse de material impreso, sea reciclable con tintas ecológicas y aconseje al usuario que lo deposite en contenedores de recogida selectiva.
Limitaciones
Con la aprobación de dicha ordenanza, se prohíbe la publicidad dinámica en las playas y resto de bienes del dominio público marítimo terrestre, en terrazas objeto de concesión administrativa siempre que no se obtenga el consentimiento de los propietarios, el uso de animales como instrumento de reclamo, cuando suponga la colocación de elementos materiales no desmontables en los espacios públicos, obstaculicen la circulación o invadan la calzada, en los parabrisas de los coches, el lanzamiento de material publicitario en las calles y abordar a los viandantes.
Medidas con las que el Ayuntamiento de Mojácar intenta así “poner orden” en un municipio considerado uno de los pueblos más bonitos de España que “se ve invadido, principalmente en la época estival, por algunos reclamos publicitarios que no respetan el entorno ni la tranquilidad del visitante y, en ocasiones, ha creado incluso problemas entre los propios anunciantes”.
En este caso, cabe puntualizar que no tendrán consideración de actividades de publicidad dinámica, y por tanto excluidas de la ordenanza, la publicidad electoral, los mensajes y comunicados de administraciones públicas en material de interés general, comunicaciones en materia de seguridad pública o emergencias, entre otros similares.
Críticas
Tras la presentación de la ordenanza, Manuel Zamora, portavoz en el Ayuntamiento de PSOE-Somos Mojácar, afirma que “en su afán por prohibir y prohibir, la alcaldesa del PP parece empeñada en que los establecimientos de hostelería y comercio dedicados al turismo se arruinen”. Por ello, durante el Pleno recriminó a la alcaldesa, Rosa María Cano, que para redactar el decreto “restrictivo” sobre la llamada publicidad dinámica, “la última vía que los comercios y establecimientos turísticos tienen para intentar captar a los cada vez más escasos clientes que visitan el pueblo”, apunta, no se reuniera con las asociaciones que representan a los empresarios hosteleros, de restauración y de comercio, para “pedirles su opinión”.
En este sentido, según Zamora, el problema no es que determinados establecimientos se publiciten en la vía pública ante los viandantes, sino que “el verdadero problema, el gran problema que tiene Mojácar, es que el turismo está bajando año tras año debido a las políticas del PP, que están convirtiendo el casco urbano en un lugar casi vacío incluso en verano”. “Si las calles de nuestro pueblo estuvieran llenas, habría gente en todas las terrazas y negocios, y nadie tendría que hacer publicidad dinámica”, añade.
Por ello, el líder socialista insistía en que Cano tiene que hablar con las asociaciones empresariales, que conocen los problemas a fondo, “no con cuatro o cinco empresarios sueltos que son simpatizantes suyos”.
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