Guillermo Mirón
21:28 • 15 oct. 2011
Llevan a sus hijos a la escuela municipal de fútbol, recorren las calles de Albox en busca de alimentos con los que cocinar y los domingos, de forma religiosa, acuden al campo del equipo local para apoyar a sus jugadores. Podría ser el día a día de cualquier vecino del valle, excepto por una salvedad. Los entrenadores de la escuela municipal usan a los niños como intérpretes para hablar con sus padres, compran productos poco frecuentes en nuestros supermercados y los improperios al árbitro, los domingos de fútbol, suenan discordantes cuando se lanzan en la lengua de Shakespeare.
Tiendas sólo en inglés
La comunidad británica asentada en el Almanzora y más concretamente entre los municipios de Zurgena y Cantoria, pasando por Arboleas y Albox, han creado, desde el ‘boom’ del turismo residencial, una red de comercios enfocados casi en exclusiva para británicos. Tanto es así que incluso se han atrevido con modelos de negocio que, a pesar de ser demandados por la población autóctona, no han encontrado emprendedores que apoyen su creación. En Albox, la ausencia de una sala de cine es una de las quejas constantes de sus vecinos desde hace más de una década. Este problema no le duró más que algunos meses a los anglosajones. ‘Total Entertainment’ es el nombre de un videoclub con películas sólo en inglés, en el que los dueños decidieron instalar una sala de cine a pequeña escala con capacidad para diez personas y donde poder visionar cualquier ‘film’ con alta calidad de imagen y sonido.
Su actual gerente, Claire Mccann, lleva cuatro años viviendo en España, aunque reconoce que habla “muy poco” nuestra lengua. En inglés confiesa que todas las semanas tiene espectadores a los que atender, pero ninguno español, a pesar de que “podría ser un buen método para aprender inglés”.
Muy cerca de este comercio, junto a la avenida Lepanto, se encuentra el campo de fútbol. Allí, bajo el sol y mientras disfruta de una cerveza, una madre, Lian Antonucci, espera a que su hijo termine de entrenar. Afirma que intenta “integrarse con españoles” y que visita establecimientos españoles, pero lo cierto es que tras más de un año en España necesita que una de sus hijas, que espera con ella, haga las funciones de intérprete para la entrevista. Éste es un denominador común en la mayoría de los casos. Pocos afirman que viven sin contacto con españoles o que sólo frecuentan comercios de británicos, pero a estos no les suelen faltar clientes.
Ejemplo de integración
“No entiendo por qué lo hacen, aunque creo que es porque la mayoría son mayores”, cuenta Samatha, una de las pocas personas que reconocen este hecho y que, casualmente, trabaja en Macael y habla español perfectamente. Un ejemplo de integración.
Restaurantes de comida india o británica, peluquerías con precios sólo en inglés y grandes supermercados donde es imposible encontrar un ‘made in Spain’.
Es domingo y el Albox juega en casa. Desde la grada se escucha “red card (tarjeta roja), árbitrou cohounes”. El colegiado, sonríe y toma nota. Aquí el que no aprende inglés es porque no quiere. Al igual que el castellano.
Tiendas sólo en inglés
La comunidad británica asentada en el Almanzora y más concretamente entre los municipios de Zurgena y Cantoria, pasando por Arboleas y Albox, han creado, desde el ‘boom’ del turismo residencial, una red de comercios enfocados casi en exclusiva para británicos. Tanto es así que incluso se han atrevido con modelos de negocio que, a pesar de ser demandados por la población autóctona, no han encontrado emprendedores que apoyen su creación. En Albox, la ausencia de una sala de cine es una de las quejas constantes de sus vecinos desde hace más de una década. Este problema no le duró más que algunos meses a los anglosajones. ‘Total Entertainment’ es el nombre de un videoclub con películas sólo en inglés, en el que los dueños decidieron instalar una sala de cine a pequeña escala con capacidad para diez personas y donde poder visionar cualquier ‘film’ con alta calidad de imagen y sonido.
Su actual gerente, Claire Mccann, lleva cuatro años viviendo en España, aunque reconoce que habla “muy poco” nuestra lengua. En inglés confiesa que todas las semanas tiene espectadores a los que atender, pero ninguno español, a pesar de que “podría ser un buen método para aprender inglés”.
Muy cerca de este comercio, junto a la avenida Lepanto, se encuentra el campo de fútbol. Allí, bajo el sol y mientras disfruta de una cerveza, una madre, Lian Antonucci, espera a que su hijo termine de entrenar. Afirma que intenta “integrarse con españoles” y que visita establecimientos españoles, pero lo cierto es que tras más de un año en España necesita que una de sus hijas, que espera con ella, haga las funciones de intérprete para la entrevista. Éste es un denominador común en la mayoría de los casos. Pocos afirman que viven sin contacto con españoles o que sólo frecuentan comercios de británicos, pero a estos no les suelen faltar clientes.
Ejemplo de integración
“No entiendo por qué lo hacen, aunque creo que es porque la mayoría son mayores”, cuenta Samatha, una de las pocas personas que reconocen este hecho y que, casualmente, trabaja en Macael y habla español perfectamente. Un ejemplo de integración.
Restaurantes de comida india o británica, peluquerías con precios sólo en inglés y grandes supermercados donde es imposible encontrar un ‘made in Spain’.
Es domingo y el Albox juega en casa. Desde la grada se escucha “red card (tarjeta roja), árbitrou cohounes”. El colegiado, sonríe y toma nota. Aquí el que no aprende inglés es porque no quiere. Al igual que el castellano.
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