Una nueva tortuga marina boba (Caretta caretta), de casi 1 metro de envergadura, apareció hace unos días muerta en Cabo de Gata.
"El cadáver estaba en un avanzado estado de descomposición como para poder practicarle una necropsia que pudiera arrojarnos algún indicio de las causas de su muerte", explica Equinac, organización que fue avisada por el Servicio de Emergencias de Andalucía 112.
Dado que este colectivo no cuenta con lector de microchip en la zona, el Seprona de Cabo de Gata colaboró en esta actuación. Equinac recuerda que todas las tortugas marinas recuperadas en los centros de recuperación de España son marcadas con microchip una vez reintroducidas.
El caparazón del animal se marcó para dejarlo inutilizado ante la posibilidad de que alguien se lo llevara antes de la retirada de la tortuga por parte de los servicios municipales.
Equinac recuerda que estos animales protegidos, tanto vivos como muertos, sus restos o partes no pueden tenerse si no es con autorización expresa de la administración competente.
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