Carboneras

Los carboneros toman las calles para luchar por una transición energética justa

Trabajadores y sindicatos demandan alternativas ante el inminente cierre de la central térmica

La marcha partió del Parque Andaluz y culminó con la lectura de un manifiesto en frente de la central térmica.
La marcha partió del Parque Andaluz y culminó con la lectura de un manifiesto en frente de la central térmica. La Voz
Fernando Moldenhauer
23:28 • 14 dic. 2019

Ayer tuvo lugar en Carboneras una nueva manifestación en demanda de una "transición energética justa", objetivo por el que más de un centenar de personas, convocadas por los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, han marchado desde el Parque Andaluz hasta la Central Litoral, donde ha tenido lugar la lectura de un manifiesto.



El alcalde del municipio, Jose Luis Amérigo, ha acompañado a trabajadores, familia y simpatizantes durante la marcha, materializando el apoyo del Ayuntamiento a las protestas que desde hace tiempo reclaman que se encuentren alternativas laborales para los más de 300 trabajadores (entre empleados directos y subcontratas) que trabajan en la central térmica, ante su inminente cierre.






También ha asistido a la concentración Carmen Vidal, Secretaria General de UGT Almería, sumándose a la marcha que ha culminado ante las mismas instalaciones de la planta reclamando "un plan económico, social y laboral para la Comarca de Carboneras", según podía leerse en la enorme pancarta que encabezaba la comitiva.



Las alarmas saltaron el pasado septiembre cuando Endesa anunció una próxima "descontinuación en la producción" tanto en la Central Litoral como la gallega de As Pontes, algo que los trabajadores y ciudadanos de carboneras han entendido como una clausura adelantada de su principal medio de subsistencia.



Descarbonización 



A pesar de las reticencias de la energética a confirmar el cierre de la planta, cada vez parece más claro que la central de Carboneras, que junto a la de As Pontes fue la única del grupo que se salvó del cierre en 2020 gracias a una inversión de 240 millones de euros para adaptarla a las exigencias medioambientales europeas, se encamina hacia su inexorable cierre en 2022, año fijado por la compañía para "descarbonizar" sus plantas de producción de energía.



Un destino que se acercó aún más después del resultado negativo de las pruebas para funcionar con biomasa que se realizaron a finales de noviembre en la planta, y que desecharon la que hasta entonces era la principal alternativa al Carbón como combustible que se barajaba para la producción de energía eléctrica en la misma: el orujillo de aceituna.


A pesar de que Endesa anunció que reubicaría a los empleados de la central en otros puestos, estos reclaman una moratoria en el cierre hasta que se encuentren alternativas laborales viables para mantener el trabajo en la localidad, cuya economía -tanto directa como indirectamente- está fuertemente ligada a la central.




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