Garrucha

El garruchero Carlos García, primer español en cruzar el Lago Baikal a pie

En el recorrido el deportista se ha enfrentado a peligros como congelaciones y un incendio

Carlos García durante el recorrido, con cúmulos de hielo fracturado por la actividad sísmica del lago al fondo.
Carlos García durante el recorrido, con cúmulos de hielo fracturado por la actividad sísmica del lago al fondo. La Voz
Fernando Moldenhauer
19:35 • 08 mar. 2020 / actualizado a las 19:37 • 08 mar. 2020

Carlos García lo ha conseguido. Tras catorce días de expedición este vecino de Garrucha ha logrado convertirse en el primer español en atravesar a pie el Lago Baikal de Siberia en solitario, un recorrido de 672 kilómetros no exento de peligros, tal y como el propio Carlos afirmó en declaraciones a este diario justo antes de comenzar el reto.



Según informó el deportista, durante la larga caminata, que ha logrado completar en catorce días y siete horas, ha sufrido "principios de congelaciones en 9 dedos", que se ha visto obligado a tratar con heparina para evitar lesiones graves.



La expedición



No obstante, finalmente ha conseguido superar una prueba en la que muchos fracasan, y ya se encuentra a bordo del tren que lo lleva de vuelta a la ciudad siberiana de Irkutz, punto de partida de su ruta y desde donde el 12 de marzo cogerá un avión para volver a España.



Según explicó, la expedición empezó con buen pie el día 22, cuando partió de la localidad costera de Kultuk, en una jornada en la que las buenas condiciones meteorológicas le permitieron recorrer 44 kilómetros cargado con su ‘pulka’, un trineo siberiano en el que acarrea unos 50 kilogramos.



Los primeros días de la caminata transcurrieron sin contratiempo, pero al transcurrir la primera semana, tuvo que vérselas con dos incendios “por fugas de gas” dentro de su tienda de campaña, que afortunadamente no resultó dañada. Sin embargo, tras quedar sus dos hornillos “inutilizados”, Carlos se vio obligado a detenerse en una localidad costera del lago, esperando a que le trajeran dos nuevos ejemplares de esta imprescindible herramienta, sin la cual no podría cocinar ni beber.



Tras obtenerlos estuvo listo para emprender de nuevo la marcha, comenzando una etapa especialmente dura como es la de la “zona norte del lago”, un territorio en el que pasó “seis días y medio sin cobertura”. Por si esto fuera poco, su equipamiento comenzó a verse afectado a causa de las gélidas temperaturas (de unos -23 grados), estropeándose su tracker, un dispositivo gps de seguimiento. “Esa tarde tuve suerte y encontré la cabaña de un leñador que me dejó usar su generador para reparar el aparato y cargarlo”, rememora el deportista.



Dedos congelados


Pero no era el único problema que tenía, ya que mostraba síntomas de congelación en nada menos que nueve de sus dedos, un problema que pudo tratar también en la cabaña que le dio cobijo administrándose heparina. A partir de este momento, con 400 kilómetros recorridos, el cansancio comenzaba a hacer mella y el aventurero trataba por todos los medios de mantener su determinación y positividad para contrarrestar el agotamiento y la dureza creciente del recorrido por el lago.


Brindar por Garrucha


El día 13, ya a pocos kilómetros de la meta, situada en la ciudad de Nizhneangarsk, Carlos vivió una experiencia que seguramente sea el recuerdo más bonito que se ha llevado de esta expedición. “El día 13 lo pasé en la cabaña de un pescador del lago, bebiendo vodka y brindando por Garrucha y Severobaikalsk, que era su ciudad natal”, relata.


Se trataba de un hombre que se dedica a la pesca del omul, un pescado muy típico del Lago Baikal, y que no dudó en ofrecerle su cabaña a Carlos y compartir con él su vodka, algo que tras casi dos semanas de recorrido el deportista agradeció mucho.


Según cuenta, en los últimos tramos “cada paso era durísimo”, tanto que tardó seis horas y cuarto en recorrer los últimos 20 kilómetros, debido al cansancio y a la “nieve profunda” acumulada en el lago. Pero el esfuerzo ha merecido sin duda la pena, porque Carlos ya puede afirmar orgulloso que es el único español que ha logrado cruzar el Lago Baikal a pie.




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