Mojácar

Incertidumbre entre la plantilla del Maui

Unos 60 trabajadores directos y 200 indirectos se quedarán sin trabajo si el chiringuito cierra

Cartel colocado por los trabajadores a la entrada del Maui, reclamando la reapertura del chiringuito.
Cartel colocado por los trabajadores a la entrada del Maui, reclamando la reapertura del chiringuito. La Voz
F. Moldenhauer / G. Mirón
07:00 • 18 mar. 2020

El cierre del chiringuito Maui Beach, que el pasado 25 de febrero fue precintado por la Policía Municipal de Mojácar, ha sembrado la sombra de la incertidumbre entre sus trabajadores, unas 60 personas que dependen de su trabajo en el chiringuito mojaquero para llegar a fin de mes.



“Estamos muy preocupados, tenemos que pagar facturas y letras y muchos dependen de este trabajo para mantener a su familia”, desliza Daniel Oblanca, uno de los trabajadores afectados por el precinto del popular local de la costa mojaquera.



Sin dormir



“No dormimos de lo preocupados que estamos por nuestros compañeros, por nuestras familias, el pago de hipotecas y créditos”, cuenta este mojaquero. En la misma situación se encuentra María Gabriela Groza, una de las trabajadoras del Maui que la semana pasada se concentró junto a más de 60 de sus compañeros a las puertas del Ayuntamiento de Mojácar en señal de protesta por el cierre y por la negativa de la alcaldesa de Mojácar de recibir a los representantes de los trabajadores 



“Nos estamos jugando nuestros puestos de trabajo y queremos saber por qué solamente tenemos que cerrar nosotros, cuando el resto de locales realizan el mismo tipo de actividad”, argumenta esta trabajadora. Tanto ella como el resto de sus compañeros siguen contratados, pero si el Maui cierra definitivamente, comenzarán inevitablemente los despidos.



Situación delicada



“La situación es muy delicada, porque estamos perdiendo mucho dinero, además estamos sufriendo cancelaciones de reservas, incluso de una boda”, explica Luis Rubio, gerente del local.



Según afirma, los trabajadores del Maui son “una gran familia”, pero incluso más allá de ella hay unos 200 trabajos indirectos que dependen del negocio.


Lo corrobora Daniel, cuyos padres trabajan en una pensión cercana que también ha tenido que cerrar ante la falta de clientes, según afirma este trabajador, cuyo futuro laboral se plantea incierto.


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