Rotundo suspenso para los jóvenes en historia y cultura de sus pueblos

¿Cuál es la empresa dedicada al jamón más grande de Almería? o ¿cuáles son las  fiestas más famosas de Lubrín? son algunas de las preguntas que los impulsores del proyecto ‘Marca Pueblo’ han planteado a jóvenes estudiantes de la Universidad de Almería (UAL) para saber el conocimiento que tienen sobre “la cultura de los pueblos de Almería”, explica el profesor titular de Economía Aplicada de la UAL y principal impulsor de este proyecto, Jaime de Pablo.

Se trata de una iniciativa puesta en marcha por la universidad almeriense en colaboración con siete municipios rurales de la provincia y que busca fomentar la repoblación de los mismos a través del conocimiento de sus necesidades y oportunidades económicas y de servicios.

Los pueblos participantes son Alcóntar, Almócita, Líjar, Lubrín, Olula de Castro, Purchena y Serón. Todos ellos estan situados en áreas de montaña, tienen escasa población, alto grado de envejecimiento, bajo índice de natalidad, elevada tasa migratoria y reducida diversificación productiva.

Suspenso

El primer paso para hacerlo, según el docente, es saber el conocimiento de los jóvenes sobre estos pueblos. Y el resultado del test planteado por el equipo que dirige De Pablo es el de un rotundo suspenso o, como él lo explica “muy muy malo”, ya que según cuenta el docente “hay un desconocimiento total de la cultura de los pueblos” de la provincia entre el alumnado de la UAL. “Por ejemplo, la mayoría pensaba que la empresa más grande de jamones de Almería está en Serón, y no es así, está en Alcóntar, concretamente en El Hijate, donde se producen 800.000 jamones cada año”, desvela.

Y todo ello a pesar de que muchos de los estudiantes encuestados son de pueblo, aunque les de vergüenza decirlo. “Cuando preguntábamos en las clases solo 3 o 4 levantaban la mano, a pesar de que había como 15 estudiantes que eran de pueblo”, afirma pesaroso De Pablo.

La fiesta del pan de Lubrín era otra de las grandes desconocidas en las más de 400 encuestas realizadas, un número que se pretende aumentar a 1.200, pero que la crisis desatada por el coronavirus ha paralizado temporalmente.

Necesidades

Ello ha provocado que, a pesar de que aún no han finalizado las encuestas, ya haya comenzado la segunda fase del proyecto, que consiste en conocer ‘in situ’ las necesidades de cada uno de los pueblos. Según el profesor, aunque el estudio no ha concluido, ya se han detectado, tras un importante trabajo de campo, importantes carencias como la de “polígonos industriales”.

Sin embargo, más allá de otros aspectos que también son fundamentales como el ocio, De Pablo desvela que la principal necesidad que tienen los pueblos es la de “un internet de calidad, que llegue tanto a los núcleos urbanos como a las pedanías más alejadas”.

En un cortijo

Esto, según el investigador, sería un gran atractivo para muchos españoles y extranjeros a los que les podría interesar vivir como teletrabajadores “en un cortijo en el campo pero con todas las comodidades tecnológicas”. El proyecto contempla también consultar  a otros colectivos, tales como las mujeres, que son “fundamentales” en el campo, o incluso los niños, explica De Pablo.

En su opinión, este es el único modelo de desarrollo rural posible.“El problema es que las cosas se hacen de arriba hacia abajo, cuando tiene que ser al revés. Hace poco me comentaba un alcalde que se habían gastado 200.000 euros en comprar una máquina para barrer las calles y se la habían dado a un pueblo de menos de mil habitantes. El alcalde decía que para qué quería eso, que le dieran el dinero y que él invertiría en lo que necesitara el pueblo”. 

Jaime de Pablo sigue adelante con el proyecto para mejorar y desarrollar la Almería rural de la que cree la mejor forma posible: conociéndola.