Despedir a un ser querido es siempre una situación dolorosa para sus allegados pero estos días se ha convertido en un trance aún más angustioso si cabe debido a las circunstancias especiales decretadas para este tipo de situaciones. Una muestra de ello es el luto reinante en el pueblo de Líjar, enclavado en el Valle del Almanzora y donde el pasado domingo la muerte de uno de sus vecinos, Antonio Crisol Martínez, conmocionó a los habitantes de esta localidad.
Se trata de un conocido y querido lijareño que no ha podido superar el Covid-19, falleciendo el pasado domingo en el Hospital La Inmaculada de Huércal-Overa. El propio Ayuntamiento del municipio, donde Antonio Crisol ejercía como secretario, fue el encargado de anunciarlo mediante su perfil oficial en redes.
“Lamentamos comunicar que hoy día 12 de abril de 2020 ha fallecido” por causa “del Covid-19 nuestro amigo, vecino y compañero Antonio Crisol Martínez, secretario de este Ayuntamiento e hijo de Líjar”. De esta forma el Consistorio compartió la triste noticia con sus vecinos ante la imposibilidad de que fuesen los propios vecinos quienes se despidiesen de su paisano desaparecido debido a la imposibilidad de llevar a cabo velatorio o entierros con un amplio número de personas.
La ausencia de actos funerarios no ha impedido que Antonio Crisol sea recordado como se merece por parte de su Ayuntamiento y vecinos. En el mismo comunicado, el alcalde de la localidad, Sergio Requena, anunció que “ante la imposibilidad de acompañar a familiares y amigos en estos tan duros momentos” ordenó decretar desde ayer lunes “tres días de luto oficial”.
Además, las banderas que ondean en la casa consistorial de Líjar lo harán a media asta y un crespón negro en señal de luto. El último adiós de todo un pueblo, aunque confinado, para un vecino muy querido.
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