De Albox a Barcelona para combatir al coronavirus

En las últimas semanas han sido cientos de almerienses los que han participado en iniciativas solidarias de todo tipo destinadas, en muchos casos, a ayudar a quienes están inmersos en la lucha contra el coronavirus desde la primera línea, como son los sanitarios.

Sin embargo, no pocos profesionales sanitarios también han demostrado una gran solidaridad además de una incansable capacidad de trabajo. Es el caso de una auxiliar de enfermería de Albox, María José Oller, quien a la vista de los acontecimientos y de cómo la pandemia estaba avanzando en algunos puntos del país, tomó la decisión de dejarlo todo, incluso su trabajo habitual, y trasladarse allá donde más necesarias eran sus manos y conocimiento.

"Donde más me necesitaban"

Así, desde hace dos semanas esta albojense realiza su labor profesional en el hospital de campaña levantado en las inmediaciones del centro hospitalario Vall d’Hebron de Barcelona, donde la incidencia de coronavirus es muy alta.

“Creía que tenía que estar ahí en ese momento, donde más lo necesitaban”, ha asegurado a la hora de recordar el momento de su marcha en declaraciones a la Cadena SER. Sobre su labor actual, María José detalla que en ese hospital de campaña donde se concentran los pacientes diagnosticados con Covid-19 “los materiales que utilizamos no son los de UCI, ya que solo tenemos gafas nasales y la mascarilla”, por lo que es una instalación pensada “para que no se colapse el hospital”, explica Oller.

En el caso de que necesitasen UCI ya pasarían al hospital. Por suerte, esta profesional sanitaria albojense explica que afortunadamente “hay pocos” pacientes: solo dos de los seis pabellones disponibles en el centro están en uso, aunque prevé una posible llegada de pacientes dependiendo de los resultados que den los numerosos test que se están aplicando ahora en residencias de personas mayores.

Sobre su experiencia en uno de los puntos calientes de la pandemia, la auxiliar de enfermería reconoce que “el primer día fue un poco ‘caos’ porque nos dejaron ahí, nos dijeron esto es lo que hay, que no había horarios sino que depende de cómo vaya surgiendo la necesidad...” por lo que “teníamos que salir como podíamos”. A pesar de todo, esta albojense que derrocha fuerza y energía pese a los días transcurridos trabajando a destajo entiende que “sabíamos todos a los que veníamos” y sigue con las mismas “ganas y una ilusión” como la del primer día.

Despedidas

Uno de los momentos más emotivos de los que vive en su día a día es la despedida a los pacientes antes de que se marchen al hotel donde se les aloja después. “El pasado jueves un señor de 90 años que se llama Ángel no paraba de darnos las gracias, le despedimos con aplausos...”.

Un sincero agradecimiento ya que las profesionales como María José no se ocupan tan sólo de vigilar el avance de la enfermedad. “Jugamos al bingo, hacemos gimnasia con ellos para que el día a día se les haga más ameno...”, cuenta.

Palabras que a buen seguro tranquilizarán a sus familiares y allegados, tras la sorpresa que se llevaron cuando se enteraron de que trabajaría en el hospital catalán.