Georadar y tecnología 3D para desentrañar los secretos de El Argar

Mucho ha llovido desde que un joven Luis Siret descubriera, junto a su capataz Pedro Flores, la cultura de El Argar en Antas a finales del siglo XIX. Desde entonces el mundo ha avanzado a pasos agigantados, un camino que nos ha traído tragedias, pero también grandes avances tecnológicos y científicos que maravillarían al arqueólogo belga si pudiera levantarse de su tumba en la ciudad murciana de Águilas.

Aunque, si volviera a la vida ahora, el ‘padre’ de la cultura argárica asistiría atónito a un futuro de ciudades y pueblos vacíos, en el que el mundo pareciera haberse congelado como en los restos arqueológicos que se pasó media vida estudiando.

Técnica pionera

Pero en Antas, el coronavirus no ha detenido solo el día a día de la gente, sino también una investigación clave que se iba a realizar precisamente en el yacimiento que Siret estudió por primera vez y que podría suponer un antes y un después en lo que sabemos de una de las culturas más importantes de la Edad del Bronce en el Mediterráneo.

Y es que el estudio de arquitectura almeriense Monumenta, especializado en la restauración de edificios históricos, está desarrollando una técnica pionera que, el pasado febrero, debería haber dado ya como resultado un completo mapa subterráneo en tres dimensiones del yacimiento prehistórico.

Para realizar este prodigio, el estudio, formado por un equipo multidisciplinar de arqueólogos, restauradores, informáticos y arquitectos, combina la técnica del georadar, que se viene utilizando desde hace décadas, con nuevas tecnologías como el escaneo láser en 3D, el uso de drones y el procesamiento de datos mediante big data.

El resultado iba a ser algo completamente novedoso, no tanto por las técnicas individuales en sí , que ya se han utilizado con éxito en el ámbito arqueológico, sino por la combinación de todas ellas, algo que nunca se había hecho. 

Georadar y 3D

“Lo que estamos haciendo es combinar tecnología 3D con georadar para obtener una información absolutamente nueva que ahora mismo no existe”, explica Gerardo Úbeda, director de Monumenta.

Según el arquitecto, los resultados de la técnica del georadar por sí solos son insuficientes, ya que solo se obtiene información del subsuelo en determinados puntos, mientras que el resto del área se “extrapola” a partir de estos datos mediante programas informáticos.

Además, el georadar es problemático a la hora definir la superficie sobre la que se trabaja, e ignora las estructuras o ruinas que pudiera haber sobre ella. Sin embargo, el nuevo método, sobre el cual Úbeda asegura no poder dar más detalles porque todavía no está patentado, consigue salvar estas deficiencias y da como resultado la obtención de datos “mucho más ricos y precisos”

¿El objetivo? Saber con exactitud lo que ocultan las entrañas de la tierra. “Nos permitirá saber con antelación qué nos vamos a encontrar debajo de la tierra y poder desarrollar un sistema de trabajo adecuado a cada yacimiento”, aduce Úbeda.

Nuevo impulso al Argar

De momento, El Argar va a seguir ‘congelado’, tal y como ha estado durante miles de años hasta hace poco más de un siglo, pero tan pronto como se levante el estado de alarma, esa tranquilidad se tornará en actividad frenética. 

En sus últimos presupuestos, el Ayuntamiento ha decidido darle un nuevo impulso al yacimiento y, además del proyecto de Monumenta, se espera la llegada de un equipo de arqueólogos de la Universidad de Granada, que va a estudiar en profundidad el enclave. Todo apunta a que, en los próximos años, encontraremos la siguiente pista del rompecabezas histórico que, tras su muerte, el arqueólogo Luis Siret dejó inacabado.