Los promotores tradicionales capean la crisis inmobiliaria en la provincia

Los promotores tradicionales capean la crisis inmobiliaria en la provincia

Manuel Leon
13:46 • 17 nov. 2011
Cuatro años se han cumplido desde que se pinchó la burbuja y el sector inmobiliario almeriense -como el del resto del país- entró en barrena. Desde entonces, a pesar del tiempo transcurrido y el oneroso cataplasma aplicado, las heridas siguen sin cicatrizar. Más de 20.000 viviendas siguen vacías a la espera de morador, a una media de 135.000 euros, que es igual a decir que 2.700 millones de euros almerienses permanecen enterrados entre pladul y cemento. En este tsunami inmobiliario, que se inició en una tarde de abril de 2007 con la caída de casi un 40% de la inmobiliaria Astroc, hasta la marejada actual en el otoño de 2011, han crujido las maderas de grandes galeones como Fadesa, Metrovacesa, Colonial o Urbis y capitanes como Fernando Martín, Enrique Bañuelos o Luis Portillo han naufragado en la singladura. Sin embargo, los promotores almerienses, en una de las provincias españolas con más exposición al ladrillo en la fiebre inmobiliaria de 2003 a 2006 han sabido sobrevivir hasta ahora. Al menos los más clásicos del sector. En el caso de Jarquil, promotora y constructora, su consejero delegado Joaquín Salvador, expone que “está todo parado y no hemos tocado suelo pero aguantamos porque estamos intentado diversificar a las estructuras de invernadero y otros negocios”. Miguel Santaella explica que “en este negocio ha pasado de todo, desde el que se ha hundido al que ha aguantado bien porque no tenía demasiado endeudamiento pero está claro que algún día saldremos del bache”. Gabriel Calvache, de Tecovial, apela a que “en la promoción han caído los que eran gente ajena al sector como notarios o farmacéuticos que se pusieron a promover sin ser profesionales, aquellos que hemos sido prudentes y hemos ajustado personal, hemos aguantado”. José Luis Muñoz, de Gaide, considera que “la clave está en adaptarse a las nuevas necesidades del mercado aunque dependemos de la situación económica y de que mejore el nivel de desempleo, las empresas que tenían los pies en el suelo son las que han sabido aguantar”. José García, de Joigca, argumenta que “mi empresa va bien, no nos podemos quejar, es verdad que no podemos ganar 100.000 euros a un piso, pero vamos construyendo VPO y sacando para ir trabajando”. Pedro Ríos, director general de Key Mare, habla también de adaptarse al mercado con mentalidad darwiniana. “Hemos pasado de que todo nuestro patrimonio girara en torno a la segunda residencia, principalmente en Vera, a hacer VPO que es lo que se demanda, en Vélez Rubio, El Ejido o Almería”. Andrés Montiel, de Fomento del Sureste, indica que “soy de los que piensa que la rentabilidad inmobiliaria como inversión volverá a recuperarse, pero aún no”. Añade que “esta actividad como todas precisa de financiación y mientras nuestro sistema financiero esté en dificultades, lo estará nuestra actividad, no se puede pasar de financiación para todos a financiación para nadie”.






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