La incorrecta manipulación de unas colmenas de abejas se perfila como principal causa del incendio forestal que se originó el pasado 21 de junio en Sierra Cabrera, entre Turre y Mojácar en la provincia de Almería, el cual arrasó una superficie estimada de unas 180 hectáreas.
A la espera de que la brigada de investigación de incendios forestales (BIIF) dé por finalizado el informe técnico de la causa y motivación, fuentes del Plan Infoca han indicado que el origen de las llamas pudo tener lugar en una explotación apícola durante la manipulación de la misma.
Si bien la orden que limita el fuego del 1 de junio al 15 de octubre en los terrenos forestales y zonas de influencia forestal prohíbe su uso en la actividad apícola, la normativa establece como excepción el empleo de ahumadores para el manejo de las colmenas en las explotaciones inscritas en el registro general de explotaciones ganaderas bajo una serie de condiciones de autoprotección.
Desde el Plan Infoca han recordado así a los apicultores que deben "extremar y cumplir los condicionantes de seguridad" ante el empleo de ahumadores, de forma que la orden que regula su uso incide en que el asentamiento apícola deberá contar con una faja cortafuegos perimetral libre de pastos de dos metros de ancho.
Así, durante el ahumado de las colmenas se deberá contar obligatoriamente con un extintor tipo ABC de seis kilos o una mochila con un depósito lleno de agua de 16 litros de capacidad. Del mismo modo, los titulares de la explotación apícola deberán contar con un seguro de responsabilidad civil obligatorio.
El ahumador debe portarse en un recipiente metálico con un mecanismo hermético que facilite su extinción definitiva una vez concluida la actividad; además, el ahumador deberá encenderse dentro del citado recipiente y permanecerá en él siempre que no se esté utilizando.
El dispositivo para la prevención y extinción de incendios forestales de Andalucía dio por extinguido el incendio declarado en la noche del pasado martes, esto es, tres días después de que se originaran las llamas. Durante la última fase de la extinción permanecieron en labores de remate y liquidación 21 bomberos forestales, un técnico de operaciones y un agente de Medio Ambiente, si bien llegaron a actuar hasta 150 efectivos y diversos medios aéreos en la zona.
La dificultosa orografía de la zona, entre Turre y Mojácar, unida a los fuertes vientos que se dieron durante el incendio en la tarde del domingo, complicaron las labores del operativo que, finalmente, consiguió controlar las llamas, que afectaron fundamentalmente a monte bajo y matorral. Las llamas obligaron al desalojo preventivo de dos familias.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, dio las gracias a través de un apunte en Twitter a los miembros del Plan Infoca por su "entrega" ante este primer gran incendio registrado en Andalucía, así como por su "duro" trabajo para proteger el entorno natural.
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