Denunciada una persona acusada de originar el incendio de Sierra Cabrera

Todo apunta a que el fuego se desató por la incorrecta manipulación de una colmena

Terreno calcinado tras el incendio del pasado 21 de junio.
Terreno calcinado tras el incendio del pasado 21 de junio. La Voz
E. de la Torre / La Voz
13:14 • 22 jul. 2020

La Unidad de Policía Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía en Almería ha denunciado a un individuo como presunto responsable del incendio forestal del pasado 21 de junio en el paraje conocido como 'Fuente del Moro' de Sierra Cabrera, en el término municipal de Turre, por un delito de incendio forestal negligente.

El fuego, que pudo ser controlado gracias a la rápida intervención de los medios de extinción pertenecientes al dispositivo del Plan Infoca, calcinó 200 hectáreas de terreno forestal, compuesto fundamentalmente por matorral y monte bajo, según ha indicado la Junta en una nota.

Cabe recordar que agentes de la Medio Ambiente de la brigada de investigación de incendios forestales (BIIF) ya estimaba a finales del pasado mes de junio la incorrecta manipulación de unas colmenas como principal causa del incendio forestal, que alcanzó el término municipal de Mojácar y provocó desalojos preventivos.

Así, se ha determinado que el fuego tuvo su origen junto a los restos de un cortijo derruido, donde había ubicado un colmenar. Junto al colmenar, que resultó calcinado, aparecieron dos carteles con el código de la explotación apícola.

Los primeros datos apuntan a que el fuego se desató por la incorrecta manipulación de una colmena, toda vez que la principal hipótesis señala como probable causa del incendio una chispa de ahumador utilizado en el manejo de las colmenas.

Además, los agentes pudieron corroborar que en la zona existen otros cinco asentamientos apícolas, en cuyas colmenas aparecen las mismas matrículas que las del cartel del colmenar calcinado, y observaron que recientemente se habían instalado colmenas nuevas para enjambrado de las abejas.





En ese sentido, se verificó que estos colmenares carecen de una franja de cortafuegos perimetral de dos metros de ancho, tal como se exige en el empleo de ahumadores para el manejo de colmenas en la Orden de 21 de mayo de 2009, por la que se establecen limitaciones de usos y actividades en terrenos forestales y zonas de influencia forestal.

Además, los investigadores pudieron observar que, en diferentes asentamientos apícolas, los apicultores suelen vaciar el contenido de los ahumadores o sus restos sobre la superficie del terreno, hecho expresamente prohibido en el Decreto 247/2001, de 13 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de Prevención y Lucha contra los Incendios Forestales.

Una vez identificado el titular de las explotaciones apícolas, se contactó con él e indicó a los agentes actuantes que en la mañana del día del incendio había realizado trabajos en el colmenar próximo al lugar del inicio del fuego.

Para este tipo de actividades apícolas se utilizan ahumadores, y teniendo como causa probable del incendio una chispa producida por uno de estos utensilios, se le requirió al investigado que les mostrara a los agentes los que utiliza en sus labores.

Al analizarlos, estos comprobaron que los dos ahumadores carecían del sistema 'matachispas -placa metálica con agujeros que debe ir colocada en la boquilla de salida del ahumador-, por lo que se procedió a intervenirlos.



Además, se pudo comprobar que en el año 2014 ocurrió un siniestro forestal en la misma zona (a unos 100 metros de distancia del actual punto de inicio), y a una hora similar, las 13,49 horas, y también en una explotación apícola cuyo titular era la misma persona que el actual investigado.

Por aquellos hechos se determinó que el fuego fue originado por una negligencia en actividades apícolas y como posible causa una chispa de ahumador, según consta en el informe técnico-pericial sobre determinación de causas de siniestro forestal emitido por la BIIF.

Con los indicios obtenidos se le imputa al investigado la presunta comisión de un delito de incendio forestal negligente cuyas diligencias policiales fueron remitidas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vera.







La dificultosa orografía de la zona, entre Turre y Mojácar, unida a los fuertes vientos durante el incendio, complicaron las labores del operativo que, finalmente, consiguió controlar las llamas, que en todo caso obligaron al desalojo preventivo de dos familias.

El dispositivo del Infoca dio por extinguido el incendio 23 de junio, tres días después de que se originaran las llamas. Durante la extinción del incendio participaron más de 400 efectivos, entre bomberos forestales, técnicos de operaciones, agentes de Medio Ambiente y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y llegaron a actuar hasta 15 medios aéreos en la zona.






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