En lo más alto de la sierra de los Filabres, el observatorio de Calar Alto puede presumir de ser un centro de investigación puntero y de referencia internacional. Además, desde hace unos años y gracias al trabajo de muchos, es también un lugar conocido y valorado por los ciudadanos.
El resultado es que en las noches de verano, especialmente los sábados, cientos de personas y vehículos suben hasta el observatorio para disfrutar del cielo almeriense. Si embargo, el exceso de visitantes y sobre todo el lamentable comportamiento de algunos perjudican el trabajo de investigación que allí se realiza.
“Ya sabemos que cualquier acción puede provocar un daño colateral, pero en este caso, la visibilidad que ha adquirido el observatorio es tan grande que se ha convertido en un problema”, lamenta Javier Sánchez, director de proyectos de Azimuth Spain, la empresa que organiza actividades educativas y de astroturismo en el observatorio almeriense.
El problema es que muchos de los que suben acaban haciendo “toda clase de barbaridades: enfocan los faros de los coches a las cúpulas, traen unas linternas con una potencia que yo no he visto en mi vida, usan punteros láser u otros dispositivos similares, dejan los coches en los accesos del complejo que son para el uso del personal del observatorio, tienden colchonetas en los caminos internos del complejo... En fin, creo que la cosa se está yendo de las manos”.
Tanto es así, que para esas noches de verano, desde el observatorio contratan personal para controlar que la gente no entre en el complejo y para intentar que no utilicen instrumentos que perjudiciales para la investigación. También se han diseñado carteles indicando qué cosas no se puede hacer en el entorno del observatorio.
Para Sánchez, “mientras no haya control de acceso”, los problemas seguirán. “Generamos una imagen positiva del observatorio, pero hay que llamar la atención del peligro de cargarnos todo lo hecho hasta ahora. Nuestro proyecto no debe suponer un impacto negativo para el importante trabajo que se desarrolla desde el observatorio”, concluye Sánchez.
Azimuth lo tiene claro y por eso no programa ciertas actividades como la observación de las lágrimas de San Lorenzo. “Para ver las Perseidas no hace falta subir a Calar Alto", insiste Sánchez. Y es cierto, ya que lo único necesario es estar en un lugar sin iluminación artificial y con horizonte. En diversas guías sobre los mejores lugares para disfrutar de las Perseidas, se menciona el Cabo de Gata como un lugar ideal.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/198714/las-visitas-a-calar-alto-se-estan-yendo-de-las-manos