El cierre del trasvase del Negratín pone de nuevo en jaque a los agricultores

La agricultura del Valle del Almanzora y el Levante Almeriense está de nuevo en jaque tras el cierre, durante la primera semana de agosto, del trasvase Negratín-Almanzora, que surte de agua para consumo humano a municipios como Albox y de agua de riego a las explotaciones agrícolas de pueblos como Pulpí, Huércal-Overa y Cuevas del Almanzora, un sector que mantiene cientos de trabajos en la comarca.

Aunque es un acontecimiento que se repite casi todos los veranos, no por ello el cierre del trasvase es menos temido por los agricultores del Levante y el Valle del Almanzora. "Viene siendo casi una constante pero conforme se repite se agrava más la situación, la herida va siendo más profunda y no se alumbra una solución que pueda ser definitiva, que nos garantice que se pueda poner el agua necesaria para al menos mantener las plantaciones que hay", explicaba Javier Serrano, presidente de la comunidad de regantes Aguas del Almanzora.

Los regantes de la comarca, muchos de ellos representados en la comunidad que preside Serrano, denuncian el "abandono" de las administraciones a la hora de garantizar el suministro de agua para riego en esta zona de la provincia, que a diferencia del Poniente y Níjar, no cuenta con acuíferos naturales de los que surtirse.

Reclaman medidas como la reparación de la desaladora de Cuevas del Almanzora, que está inoperativa desde las riadas de 2012 y una mayor seguridad en el régimen de explotación de los trasvases del Negratín y el Tajo-Segura, cuyo caudal trasvasable el Gobierno planea también reducir.

No obstante, ante la "dejadez" que denuncian sufrir, han puesto en marcha iniciativas propias, como la construcción de una desaladora con capacidad para 30 hectómetros cúbicos.