Lorenzo Robles
23:07 • 04 dic. 2011
Todos los taxis de la capital almeriense están obligados a disponer de un taxímetro con el que el cliente pueda comprobar la tarifa establecida y el coste del servicio. En el caso de los taxis del resto de municipios de la provincia, hasta el año 2009 no era obligatorio su utilización, pero a partir de una nueva normativa estatal los titulares de una licencia de este tipo han de instalarlo. No obstante, todavía está en vigor una moratoria para que el sector pueda afrontar este cambio normativo de forma paulatina.
En consecuencia, en los últimos tres años ha bajado el número de estos vehículos sin taxímetro, de forma que actualmente suponen el 72% del total de taxis que operan fuera de la capital. No obstante, hay que decir que entre 1995 y 2011 se ha pasado de 315 a 215 vehículos sin este dispositivo, lo que supone una reducción del 32%. Cómo funciona hasta ahora.
Antonio García Márquez, presidente de la Asociación Gremial del Taxi de Almería, explica que hasta ahora los taxistas de los pueblos cobraban una tarifa única por cada kilómetro recorrido, la cual variaba cada año con el IPC. En consecuencia, “se confeccionan una tabla con el coste de los servicios en función del pueblo a donde tienen que llevar a los clientes”.
Este año es el primero en el que la tarifa ha sido establecida por la Junta de Andalucía tras haber recibido las competencias, con lo que cada kilómetro recorrido fuera de tarifa urbana supone 53 céntimos para el usuario. Según afirma este portavoz provincial del gremio, el coste de la instalación de un taxímetro en uno de estos vehículos es de unos 300 euros, a los que hay que añadir la actualización anual que hay que hacer en el aparato para introducir las nuevas tarifas que se van aprobando, que puede suponer unos 20 o 30 euros.
El coste de su instalación y mantenimiento es una de las razones que esgrimen los profesionales del taxi para rechazar la obligatoriedad de que todos los lleven instalados, circulen en ciudades o pueblos. A pesar de esta valoración, García Marquez afirma que en la provincia “poco a poco todos los están poniendo. En Roquetas y El Ejido casi todos los taxistas los han instalado ya. Y en el resto de pueblos se irá también extendiendo su uso”.
En consecuencia, en los últimos tres años ha bajado el número de estos vehículos sin taxímetro, de forma que actualmente suponen el 72% del total de taxis que operan fuera de la capital. No obstante, hay que decir que entre 1995 y 2011 se ha pasado de 315 a 215 vehículos sin este dispositivo, lo que supone una reducción del 32%. Cómo funciona hasta ahora.
Antonio García Márquez, presidente de la Asociación Gremial del Taxi de Almería, explica que hasta ahora los taxistas de los pueblos cobraban una tarifa única por cada kilómetro recorrido, la cual variaba cada año con el IPC. En consecuencia, “se confeccionan una tabla con el coste de los servicios en función del pueblo a donde tienen que llevar a los clientes”.
Este año es el primero en el que la tarifa ha sido establecida por la Junta de Andalucía tras haber recibido las competencias, con lo que cada kilómetro recorrido fuera de tarifa urbana supone 53 céntimos para el usuario. Según afirma este portavoz provincial del gremio, el coste de la instalación de un taxímetro en uno de estos vehículos es de unos 300 euros, a los que hay que añadir la actualización anual que hay que hacer en el aparato para introducir las nuevas tarifas que se van aprobando, que puede suponer unos 20 o 30 euros.
El coste de su instalación y mantenimiento es una de las razones que esgrimen los profesionales del taxi para rechazar la obligatoriedad de que todos los lleven instalados, circulen en ciudades o pueblos. A pesar de esta valoración, García Marquez afirma que en la provincia “poco a poco todos los están poniendo. En Roquetas y El Ejido casi todos los taxistas los han instalado ya. Y en el resto de pueblos se irá también extendiendo su uso”.
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