El 2020 llega a su fin. Termina un año como nunca antes lo habíamos conocido los de ninguna generación viva. 365 días de los cuales algo más de 300 Almería ha vivido bajo el yugo de un enemigo inédito para todos: el coronavirus, que desembarcó en la provincia un 28 de febrero y desde esa jornada hasta hoy, el invisible y sigiloso mal ha puesto la provincia, y todo el mundo, 'patas arriba' contagiando a 21.000 almerienses y cobrándose la vida de casi 300 personas.
Un año que no olvidaremos. Un año negro, que, a pesar de irse, nos deja aquí a la pandemia con nosotros y prácticamente con la misma fuerza con la que llegó. Pero antes de marcharse con los mordiscos a las uvas, 2020 nos ha hecho vivir sensaciones que quizás antes nunca habíamos tenido, como el miedo a algo nuevo en nuestro imaginario social o las muestras sin final de agradecimiento a todos esos héroes que se dejaban la vida a diario por salvarnos a todos.
El confinamiento
Un miedo que a Almería llegó el 28 de febrero de la mano del primer caso de coronavirus detectado en un joven que llegó desde Italia. La aparición de un virus procedente de China y del que no se sabía nada, solo que estaba arrasando a un país tan cercano como Italia, vino seguida de 15 días en los que el mundo cambió por completo. El virus dejó de ser anécdota en la provincia y se convirtió en categoría mientras se expandía por los 103 municipio de la provincia de manera muy desigual justo antes de que llegase el momento decisivo, un acontecimiento del que nadie había sabido hasta el momento y que sonaba a guerra: se declaró el estado de alarma, llegó el confinamiento y se gastó el papel higiénico.
Fue un 14 de marzo cuando tuvimos que decir adiós a todo lo que nos parecía corriente y cotidiano hasta el momento. Lo que solo habíamos visto en películas se hacía patente delante de nuestros ojos, de un día para otro y sin que nadie pudiera hacer nada para remediarlo. Se cerraron prácticamente todos los lugares de trabajo y los colegios; se acabó el salir a la calle, el deporte, los paseos; también llegó el primer cierre de los bares y de todos los comercios que no fueran tiendas de alimentación. Nos confinaron y solo veíamos las caras de los de casa, de Pedro Sánchez, de Salvador Illa, de Fernando Simón y de Juanma Moreno en Andalucía, entre otros tantos gestores de la pandemia, y lo que parecía que podía durar unas semanas se prolongó durante meses en los que salir a la calle podía costarte cuantiosas multas.
Un rayo de luz
Hasta que se pudo salir a la calle. Después de tres meses de puro encierro, de que un virus nos convirtiera en ciudadanos de clausura, se relajaron las medidas y llegaron horarios para salir a la calle: los niños a una hora, los adultos a otra y la población de riesgo, los mayores, en otra franja. Así pasaron semanas, llegó la apertura de los bares y después el verano, en el que prácticamente desaparecieron las limitaciones y llegó el otoño, y consigo un aumento de los positivos y el 'toque de queda', los cierres perimetrales, los cribados masivos... Un sinfín de palabras que antes nos eran desconocidas y que ahora son el pan de cada día en nuestro vocabulario.
Entre tanto, también llegó a Almería el primer fallecido por covid, un 21 de marzo, tan solo una semana después de que se decretara el estado de alarma. Fue una mujer de 86 años con patologías previas y cuya muerte se registró en el Hospital La Inmaculada de Huércal-Overa. Desde ese momento y hasta hoy se han contado 282 en total. Casi 300 almerienses que ya no están. Casi 300 almerienses que han muerto por algo que era totalmente ajeno a todos nosotros tan solo unos meses antes y que ahora parece que puede durar una década entera en la que las mascarillas, la distancia de seguridad y los confinamientos se están convirtiendo en algo habitual y cotidiano en todo el mundo.
Pero así se ha quedado el mundo mientras las vacunas conseguidas en un tiempo récord y que ya han comenzado a ponerse no hagan su efecto a largo plazo y se consiga la inmunidad al coronavirus de la gran mayoría de la población, aunque parece haber pandemia para rato, pues el virus muta y el final de 2020 llega con dos nuevas cepas del coronavirus a las que los expertos esperan poder hacer frente con la actual vacuna.
Y el principio del final puede que llegase ayer, cuando Remedios, de 71 años, dio comienzo a la campaña de vacunación y que supone la mejor noticia para cerrar un año que ya comenzó en Almería de la peor manera posible, con la agresión sexual y brutal paliza a una joven en el portal de su casa. A este suceso le siguieron otros acontecimientos de calado, como la detención de un peligroso terrorista del Daesh que llegó a Almería durante el confinamiento o la marcha de las tiendas de Inditex del centro de la ciudad de Almería, entre otras.
Pero también ha habido informaciones que no han traído solo malas noticias, como las continuas apariciones de Enrique Ponce y Ana Soria, convertidos en la pareja del verano, o el descubrimiento en la provincia de un hotel único y sin rivales para lograr la desconexión tan necesaria después de un año que se va pero nos deja lo peor que nos ha traído: la pandemia.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/206490/adios-a-un-ano-que-no-olvidaremos-2020-se-va-pero-nos-deja-la-pandemia