No abundan las lecturas positivas de lo sucedido en el mundo en los últimos meses. Sin embargo, algunas lecciones que nos han dejado estos tiempos de pandemia y confinamientos han puesto en valor la imprescindible aportación de sectores como la ciencia o la agricultura. Éste último sector permitió -en buena medida desde nuestra provincia- que no faltaran múltiples alimentos de primera necesidad pese a todo lo sucedido.
Una de las principales amenazas para este sector que se ha demostrado clave en esta crisis es la falta de agua, sobre todo en la zona del Levante Almeriense y el Almanzora. Lo saben bien en la sociedad de regantes Aguas del Almanzora, que siguen sufriendo el corte del Trasvase del Negratín y sumidos en una profunda crisis hídrica. Por ello, hace meses proyectaron una nueva desaladora con fondos propios a falta de que el Gobierno central repare la desaladora dañada en las inundaciones de 2012.
El coste de esa nueva desaladora rondará los 100 millones de euros pero su capacidad, de 30 hectómetros, sería un respiro de aire (o agua) fresco para el campo de la zona norte de la provincia. Por ello, los regantes esperan que, esta vez sí, tengan la colaboración de las administraciones públicas y el proyecto pueda recibir parte de las ayudas de los fondos de recuperación y resiliencia, los que la Unión Europea aportará para hacer frente a los daños causados por la Covid-19.
Así lo ha detallado en la Cadena SER el presidente de Aguas del Almanzora, Javier Serrano, quien reconoce esta nueva infraestructura como "de interés
estratégico", por lol que "esperamos que nos ayuden" Aún así, los regantes saben de la importancia de este proyecto por lo que apostarán por él con o sin estas ayudas públicas. "Seguiremos para adelante y
si la administración nos ayuda bienvenido sea y si no seguiremos
trabajando igual", resume Serrano.
En cuanto a los avances en torno a este proyecto, la sociedad se encuentra ahora trabajando en los proyectos ambientales y de construcción necesarios y esperan
que "en los próximos días o semanas tengamos ya el proyecto básico
para poder presentarlo ante la Administración".
En cualquier caso, una de las soluciones a la grave falta de agua en la zona sigue siendo el agua desalada. Y mientras que el proyecto de la nueva desaladora sigue avanzando, la solución más eficiente a corto plazo sería la recuperación de la desaladora de Cuevas del Almanzora, apodada como la "desaladora de la vergüenza" tras ocho años inservible sin que las administraciones la hayan recuperado.
"Seguimos peleando por la famosa desaladora del Almanzora, que sigue
intacta y en el mismo sitio. Ese sería el horizonte más corto para
resolver el problema endémico que tenemos aquí en la zona", entiende el presidente de Aguas del Almanzora.
El Corredor Mediterráneo, clave para el futuro
Más allá del agua desalada, otra infraestructura clave para el futuro de este sector esencial en la provincia es la llegada del Corredor Mediterráneo, que posibilitaría la puesta en marcha del Centro Logístico proyectado en Pulpí para la exportación de mercancías mediante el ferrocarril. Por ello, Serrano pide a los responsables políticos que luchen para la llegada cuanto antes por el Corredor y concretamente la línea de Alta Velocidad entre Lorca y Pulpí.
El riesgo que supondría que la agricultura almeriense deje pasar este tren no es menor, ya que otras zonas podrían posicionarse mejor. "Es muy importante también para la lucha contra el cambio climático y la contaminación y podrían producirse otras alternativas como ya están empezando a surgir, como los barcos Cartagena-Francia", advierte el presidente de Aguas del Almanzora, que pide que "la Junta de Andalucía y la Región de Murcia no deje este asunto y que se pelee mucho porque Almería no se quede colgada".
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