Mari Carmen, una vecina de Carboneras, se topó ayer con un tiburón de casi tres metros aleteando en la arena mientras paseaba tranquilamente por las playas de su municipio. El encuentro fue extraordinario no solo por el animal en sí, sino por las heridas que le habían llevado a varar en la playa: tal y como confirmaron técnicos de Equinac más tarde, el escualo tenía parte del pico de un pez espada clavado en un ojo.
Tras ponerse en contacto con Equinac a través del Servicio de Emergencias 112, Mari Carmen fue capaz de superar el intenso miedo que siente hacia estos animales marinos para arremangarse y, junto con otros dos vecinos y guiada por teléfono por los técnicos, reintroducir al animal en el agua.
No obstante, para cuando Equinac se personó en la playa el escualo ya había vuelto a vararse en dos ocasiones en la orilla y tras intentar sin éxito su oxigenación solo pudieron confirmar su muerte.
Según Eva Morón es muy extraño que un escualo como este, un tiburón tintorera de 2,71 metros, se enfrentara voluntariamente al pez espada, ya que ambos depredadores se evitan en su hábitat para no herirse. Lo más probable, según explica, es que se "chocaran" mientras se encontraban alimentándose frenéticamente en un banco de peces.
Los restos han sido enviados a Valencia para estudiar el encuentro entre ambas especies, que según Morón es sumamente extraño y la mayor parte de los casos conocidos se han dado en Almería.
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