Manuel Leon
23:51 • 29 dic. 2011
Resulta aterrador comprobar cómo se zurzían los negocios inmobiliarios en la provincia en plena época del boom del ladrillo (2005-2006). A tenor del informe de la consultora American Appraisal -al que ha tenido acceso LA VOZ- y que sirve de sustento al macropleito que mantienen dos dorados emperadores del sector como Manuel Jove (expresidente de Fadesa) y Fernando Martin (Martinsa), en Almería planeaban construir 10.500 viviendas en suelos protegidos y no urbanizables.
En el juicio, cuya vista oral acaba de concluir esta semana en A Coruña, han estado en el ojo del huracán tres grandes fincas almeriense que se traspasaron en bloque de Fadesa a Martín tras el acuerdo de compraventa de la compañía a finales de 2007.
Las transacciones realizadas con terrenos almerienses no está dejando a nadie indiferente en la sala de lo Mercantil del juzgado coruñés. El asunto tiene miga: resulta que Jove vendió en 2006 a Martín -que adquirió notoriedad también como presidente del Real Madrid- la vieja finca Chirimías, de 800 hectáreas, junto a la carretera que va de Cabo de Gata a Níjar por 105 millones de euros, con valoración de Richard Ellis, cuando el valor real, al ser suelo protegido en Lugar de Interés Comunitario (LIC) es de 1,5 millones, según la Encuesta de Precios de la Tierra para pastizales de secano. Martín compró expectativas de suelo -no suelo real- sobre una ficha urbanística en la que Jove había planeado construir 3.000 viviendas, a 15 kilómetros de la Puerta Purchena.
Sin embargo, el informe precisa que Fadesa recibió respuestas del área de urbanismo de Ayuntamiento de la capital, de la Comisión Europea y de la Consejería de Medio Ambiente, a través de los técnicos Ramón Huesa, Rosa Mendoza y Juan Carlos Nevado, advirtiendo de la imposibilidad de construir en esa zona protegida y catalogada dentro de las Ramblas de Gergal y Tabernas como LIC.
Así se recogió también en el Avance del PGOU de 2005 como suelo urbanizable con Protección Cautelar. Sin embargo, Martin picó el anzuelo, a pesar de lo fácil de la comprobación, y compró a precio de oro, un campo de pastizal y alacranes.
Otra finca situada en Antas, Las Atochas, se adorna con una historia parecida: en este predio, adquirido por Fadesa al albur de las altas rentabilidades del segmento residencial, planeó la promotora 2.700 viviendas y un campo de golf, a cinco kilómetros del núcleo urbano antense compuesto por algo más de 3.000 habitantes. Las normas de planeamiento de la localidad y el Plan de Ordenación Terrritorial de Andalucía (POTA) dejaban claro que no podían proyectarse residenciales por encima del 40% de la población existente.
Sin embargo, las 213 hectáreas de suelo no urbanizable se valoron en 160 millones de euros cuando el valor real del terreno es de 2,5 millones de euros, al no poder construirse, según el proyecto presentado en 2006 en el Ayuntamiento por parte de la familia Jove.
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