En los últimos meses se ha desatado cierto furor en la provincia por la excavación de nuevos y antiguos yacimientos que tienen como fin último su adecuación y puesta en valor como recurso turístico.
Es el caso de la veta arqueológica que se está trabajando en la antigua ciudad medieval de Bayra, en el Cerro del Espíritu Santo de Vera, donde hace unas semanas han aparecido restos de un muro de mampostería, cerámica y restos óseos que están siendo analizados. Se trata de una zona declara ya como Bien de Interés Cultural a la que se le quiere dar un gran protagonismo como atractivo histórico en los próximos años.
Macael lleva algún tiempo también trabajando en el yacimiento de Macael Viejo desde hace casi cuatro años bajo la dirección del profesor Moreno, con importantes hallazgos y esperando para poder extraer el mayor número de conclusiones.
Mojácar ha hecho lo propio con Mojácar la Vieja, donde se han encontrado restos de la antigua ciudad, un cerro que promete grandes hallazgos en el futuro si se sigue adelante con los trabajos de campo.
También se han reactivado los movimientos en el otro extremo de la provincia, en el yacimiento romano de Ciavieja de El Ejido, declarado también como BIC, donde el Ayuntamiento está colaborando con la Universidad de Almería con fondos de la Estrategia de Desarrollo Sostenible (Edusi) con la vista en su aprovechamiento como recurso turístico y cultural.
En El Argar de Antas, uno de los más flagrantes casos de abandono de un patrimonio único en Europa, uno de los lugares del continente donde el hombre empezó a ser hombre, no tiene siquiera un proyecto de museo o centro de interpretación para esos terrones arcillosos donde tanto queda aún por excavar. Un grupo de vecinos ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas a través de una plataforma digital con el objetivo de dar a conocer el abandono de este filón.
Almería -además del turismo de sol y playa y los invernaderos- tiene un tercer negocio amortajado desde hace décadas sin optimizar: 1.200 vestigios inventariados, la amplia mayoría sin aprovechamiento cultural o turístico y sin sacar de ellos rédito económico alguno.
Según un informe de la revista de la Sociedad Española de Historia de la Arqueología, Almería estaría en el Topten de provincias españolas en cuanto a vestigios enterrados, tras Valencia, Barcelona, Málaga Granada, Cádiz, Santander, Sevilla y Alicante.
Nadie ha calculado todavía, por la dificultad técnica que entraña, lo que reportaría al PIB provincial poner en valor solo una cuarta parte de esas reliquias de nuestro pretérito, excavadas y sin excavar, que duermen de forma estéril en el subsuelo almeriense y así poder convertir esta provincia en un gran Parque Arqueológico comunicado, una aspiración entroncada con lo que el belga Siret acuñó hace ya más de un siglo como ‘Almería, un museo a cielo abierto’.
Una de las aproximaciones más ambiciosas en los últimos años del estudio de la rica prehistoria e historia almeriense enterrada o semienterrada fue el informe elaborado mas de veinte años por el arqueólogo veratense Domingo Ortiz por encargo del Instituto de Estudios Almerienses que dirigía entonces Rafael Lázaro.
Ortiz daba a conocer en 1997 que el 80% de los yacimientos arqueológicos almerienses estaban en “lamentable estado de conservación”, lo que provocaba la existencia de redes clandestinas de expolio y un mercado negro de antigüedades. Hoy ese informe veinteañero sigue teniendo vigencia, agravado aún más por la explosión urbanística, la falta de medios de vigilancia y los interminables expediente de incoación de la figura de (BIC).
Baria, un caso único e inexplicable
Si existe un yacimiento singular y rico en matices en la provincia, según los estudiosos de la arqueología almeriense, es la antigua ciudad de Baria (fenicia, púnica y romana) en Villaricos. Sin embargo, una parte pende de un hilo ante un proyecto de construcción de 24 apartamentos encima de su manto.
La geoda de Pulpí, el mejor ejemplo de generación de riqueza
Uno de los mejores ejemplo de los últimos tiempos de aprovechamiento de un recurso natural como reclamo turístico, ha sido el de la geoda del Pilar de Jaravía, en Pulpí. Por esta mina natural única en el mundo a través de su tapiz de cristales de yeso, han pasado ya hasta la fecha 55.000 visitantes. “Podrían haber sido el doble o más si no llega esta pandemia”, expresa el alcalde del municipio, Juan Pedro García, orgulloso de contar con un espacio único en el mundo.
“Se ha notado mucho la afluencia de visitantes, de excursiones, han venido televisiones china y japonesas a grabar y los comercios y la hostelería de Terreros, sobre todo, han notado la mayor afluencia de público”, añade el regidor pulpileño, consciente del valor que tiene ya la geoda para su municipio. La mina rica, donde se encuentra este recurso, está a solo un par de kilómetros de la playa de San Juan de los Terreros.
A medio centenar de kilómetros, hay otro ambicioso proyecto de aprovechamiento de recurso natural en pista de salida. Es la Cueva del Espejuelo de Arboleas, que alberga también una serie de cristales únicos de cronología romana. El lapis especularis era un recurso natural en aquel periodo histórico muy apreciado para diferentes usos.
El alcalde de Arboleas, Cristóbal García, se muestra también ilusionado con la apertura de este recurso y su uso turístico. “Queremos poder abrir al público a lo largo de este año, sabíamos de la existencia de esta mina desde 1983, pero en ese tiempo todo lo que no fuera invertir en agua o asfalto para las viviendas y calles podía entenderse como una frivolidad”. Ahora ya se trabaja en la puesta en valor de este enclave, a pesar de que no pueda ser tan vistoso como el de la geoda de Pulpí, aunque podría formar parte de un recorrido conjunto conocido como ‘La ruta de los cristales’.
Sorbas también es otro municipio que ha sacado partido turístico a un recurso como el los karst en yeso.
Mientras tanto, otros yacimientos se desmoronan en mayor o menor medida. Es el caso del Cerro Montecristo (Adra), Huéchar (Alhama), Fuente Bermeja, La Pernera y La Gerundia (Antas), Almizaraque, Campos (Cuevas), El Cerrón (Dalías), Turaniana (Roquetas), Bayyana (Pechina), Cadimar (Los Gallardos) o Cueva de los Murciélagos (Lubrín), entre muchos otros.
El último expolio
Hace solo un mes, un aficionado a la arqueología, Francisco Parra Rojas, descubrió el expolio en una tumba documentada en el Cerro del Oficio, en Cuevas del Almanzora, uno de los principales yacimientos de la cultura de El Argar, que fue excavado hace más de un siglo por Luis Siret y su capataz Pedro Flores. Se puso una denuncia, pero parte del ajuar funerario y restos óseos han desaparecido para siempre, después miles de años de sueño silencioso.
Esta misma semana, el Ayuntamiento y vecinos de Berja han denunciado que el yacimiento romano de Villavieja se ha convertido en una pista improvisada para carreras de moteros, sobre los restos de los muros del antiguo anfiteatro, uno de los siete de los que quedan indicios en Andalucía y que está declarado como BIC desde 1987.
El yacimiento de El Chuche, en Benahadux, fue afectado hace unos años en los trabajos de la carretera N-340 en una tumba tipo Millares que fue denunciada por la Consejería de Cultura contra los trabajos desarrollados por la Jefatura Provincial de Carreteras del Ministerio de Fomento. En el vestigio romano del Rozaipón veratense, hace más de tres años la Junta instó al Ayuntamiento a que no concediese permiso en el yacimiento para nuevas roturaciones agrícolas. Sin embargo, hasta que no sonó la voz de alarma la maquinaria podría haber hecho mella en una pileta de baños romana y en sillares pertenecientes a una antigua villa del siglo IV antes de Cristo. En Villaricos, el yacimiento fenicio, púnico y romano de Baria se salvó en 2003 de la piqueta por la intervención in extremis de un grupo vecinal, Unidos por Baria, que junto a la administración, consiguió que se protegiera como zona BIC y se indemnizara a los propietarios del suelo.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/209863/auge-de-las-excavaciones-arqueologicas-en-almeria-pero-sin-provecho-turistico