El delegado territorial de Salud y Familias de la Junta en Almería, Juan de la Cruz Belmonte, ha destacado el "esfuerzo" y la "buena planificación" que se ha hecho por parte de los hospitales y de los distritos sanitarios de la provincia ahora que se cumple un año desde que se decretara por primera vez en España el estado de alarma a consecuencia del covid-19.
"Se ha hecho una previsión muy buena de las necesidades asistenciales de la provincia. No nos han faltado camas de UCI y no nos han faltado camas en planta", ha asegurado Belmonte en una entrevista concedida a Europa Press en la que ha reconocido que la apertura del Hospital Materno-Infantil ha ayudado a soportar las cifras de ingresos que se han dado durante la pandemia, que ha atacado a Almería con especial virulencia durante la tercera ola.
A nivel hospitalario, el delegado ha tildado de "éxito" la gestión efectuada puesto que no se han llegado a "bloquear" los hospitales aunque en todos ellos se han activado planes de contingencia para atender la demanda de pacientes, incluso algunos llegados de otros territorios como Melilla.
Los hospitales
En este sentido, ha aplaudido los resultados obtenidos por los hospitales "en plena pandemia" gracias a la labor de sus profesionales: las listas de espera de consultas externas han descendido "un 36 por ciento" entre diciembre de 2019 y 2020 mientras que la lista de espera para pruebas diagnósticas ha caído "un 20 por ciento", toda vez que "en oncología se han cumplido los plazos del decreto respecto al tiempo que se tiene que esperar para intervenciones oncológicas" y las intervenciones urgentes "no se han demorado".
No obstante, ha reconocido un ligero incremento en la lista de espera quirúrgica para intervenciones no urgentes, de un "dos por ciento", lo que atribuye sobre todo a esta última etapa en la que hubo que acondicionar quirófanos y destinar a los anestesistas a las zonas covid. "Las intervenciones programadas no urgentes se suspendieron, necesitábamos a los anestesistas y las camas UCI", ha explicado.
Con todo, y ante la bajada lenta pero constante de la presión asistencial durante los últimos días --133 personas ingresadas hasta este viernes, 54 de ellas en UCI-- los centros hospitalarios "están recuperando" su actividad ordinaria paulatinamente.
"Huércal-Overa ha bajado mucho su presión asistencial, Torrecárdenas también aunque no tanto y Poniente baja poco a poco", ha apuntado el delegado que achaca a estas dificultades en el hospital ejidense una desescalada más pausada en la zona del Poniente almeriense. "Necesitamos el hospital de Roquetas ya", ha apostillado al respecto.
Miedo
Para el delegado, "el sistema sanitario almeriense ha soportado muy bien toda la presión asistencial que ha tenido" en las distintas oleadas, entre las que distingue dos etapas muy diferenciadas antes y después del verano tanto por el impacto del coronavirus como por la falta de conocimiento sobre cómo se transmitía el virus y cuáles eran sus efectos.
"En Almería tuvimos suerte de que no se contagiaran muchos profesionales, pero entiendo el miedo ante lo desconocido", ha explicado Belmonte quien recuerda la detección de un primer caso el 27 de febrero de 2020 en un paciente joven procedente de Milán (Italia). Para entonces, la Consejería había comenzado "a finales de enero" a planificar posibles escenarios. "Nunca pensamos que nos iba a venir lo que nos venía", ha dicho.
Así, los principales objetivos fueron la protección de los profesionales sanitarios y las residencias de mayores. "Repartimos 101.810 mascarillas en residencias, 31.700 guantes, 2.024 litros de hidroalcohol y 438 pantallas en las residencias y centros sociosanitarios a la vez que tratábamos de coordinar todas la ayuda que nos daba la sociedad almeriense, que era muy receptiva" y por ello "no hubo problemas por falta de medios de protección".
"Proteger a los sanitarios era el objetivo número uno porque si se nos ponían malos, entonces no teníamos personal suficiente para poder atender a los pacientes", ha apuntado el responsable provincial de Salud.
Residencias medicalizadas
De forma paralela, desde la Delegación de Salud y Familias se trabajó para preservar las residencias de mayores y evitar la entrada del covid en ellas. "En Almería fuimos la primera provincia que medicalizamos cuatro residencias porque nuestra principal obsesión fue salvar vidas y no dejarlos solos", ha explicado Belmonte entre las primeras actuaciones que se realizaron a finales de marzo y principios de abril de 2020.
"Entendíamos perfectamente que era un sitio en el que se podía transmitir mucho más fácil el virus y ante el primer caso, medicalizamos", ha recordado el delegado, quien ha destacado la acción de la UME para desinfectar entornos y centros sociosanitarios. "Evitamos muchos fallecimientos por esa actuación, aunque siento todos los que fallecieron" ha lamentado el delegado ante los 88 decesos registrados por la Consejería en las residencias almerienses.
La proliferación de brotes en el interior de los estos espacios se volvió a dar con la llegada de la segunda ola, durante las primeras semanas de agosto, con algunos casos especialmente complicado como la residencia de El Zapillo en Almería o Virgen del Rosario, en Roquetas de Mar. "Esos brotes en residencias coinciden con los brotes poblacionales, porque son positivos importados. El virus entra en la residencia y allí se daba un caldo de cultivo fantástico para la transmisión".
Brotes de coronavirus
El delegado de Salud ha explicado que la llegada de la segunda ola vino promovida por la atracción de visitantes en verano, ya que Almería fue un destino vacacional "seguro" por su baja tasa. Eso dio lugar a mediados de agosto a brotes vinculados a "determinadas discotecas y lugares de ocio nocturno en Mojácar y en la zona del Poniente", que tuvieron sus réplicas con el inicio de la campaña hortofrutícola en varias alhóndigas y comercializadoras.
"Tuvimos mucha dispersión geográfica, con mucha movilidad y con mucha gente joven" que, en buena parte, pasaba la enfermedad de forma asintomática, lo que llevó a la Junta a hacer "en una época fuerte" hasta "2.000 pruebas diarias" de PCR, a fin de controlar la situación. "Se hacían tantas que al principio se colapsaba pero luego nos hemos acostumbrado para hacerlas en mayor cantidad".
El titular provincial de Salud ha reconocido así que la colaboración de los ayuntamientos y plantillas de Policía Local fue esencial para controlar la movilidad entre aquellas personas "no estaban especialmente sensibilizadas" y que, tras dar positivo, salían a la calle al no notar los efectos de la enfermedad. "Eso fue un efecto muy beneficioso porque realmente nos dimos cuenta que la ola empezó a bajar".
A ello se unieron los recursos habitacionales para quienes no podían pasar la cuarentena a solas entre los que el delegado ha destacado los prestados por el Ayuntamiento de Níjar y por la cadena Hoteles Playa, que facilitó uno de sus establecimientos para aquellos inmigrantes que llegan en patera con covid-19 y sus contactos estrechos.
El inicio del curso escolar marcó otro punto de inflexión en el seno de la comunidad educativa. "Creo que se ha funcionado bastante bien, pero entiendo los nerviosismos", ha dicho Belmonte, para quien las cifras da por demostrado que los colegios no han sufrido un "contagio masivo" ni están "contaminados". "En la época máxima de la pandemia pudimos llegar a un 2,3 por ciento de aulas cerradas", ha añadido al respecto.
El delegado ha hecho un llamamiento a la precaución para seguir luchando contra el virus mientras que se extiende el periodo de vacunación, a pesar de que el nivel de mortalidad en Almería está por debajo de la media andaluza, con un 1,48 por ciento de los casos positivos de la provincia.
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