En un contexto como el actual, no abundan las oportunidades que permitan disfrutar con seguridad de un interesante evento cultural, más allá de valientes -aunque escasas- iniciativas en algunos pueblos o de los grandes teatros donde, a pesar del aforo limitado, se pueden organizar actividades más o menos ambiciosas.
Quizás por lo inédito de este tipo de actos desde hace prácticamente un año o simplemente porque estar allí valía la pena, sin más, decenas de vecinos del Levante Almeriense así como de otros puntos de la provincia arroparon el pasado domingo la presentación del último libro del escritor Juan Manuel Gil (Almería, 1979).
Un evento organizado por Espacio Lector Nobel (Vera) y que permitió a los presentes acercarse a 'Trigo Limpio'; el libro con el que el autor almeriense acaba de lograr el premio nacional Biblioteca Breve de novela.
El contexto incluso permitió a los asistentes olvidarse del contexto mundial actual, tan sólo las mascarillas daban una pista acerca del año en el que nos encontramos. Una presentación literaria a la orilla del mar de Garrucha y en la terraza de un local hostelero como el Rincón del Puerto. La guinda (o el pastel entero) la puso Juan Manuel Gil, quien no dudó en compartir con los asistentes algunos detalles de su proceso creativo, el momento en el que recibió la noticia de su último galardón o sus reflexiones sobre lo denostado del humor en la literatura, cuando es parte imprescindible de las obras más representativas como la del 'Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha' o 'El Lazarillo de Tormes', entre otros.
Y es que precisamente el humor, la ironía o incluso el sarcasmo es parte inconfundible de la obra del escritor almeriense, como lo fue en las anteriores, por lo que rompió una lanza contra los tópicos que rodean a las obras que lo incluyen y que a menudo son calificadas como "ligeras" o "para el verano". Gil también reflexionó sobre qué es la verdad y su relación con lo subjetivo del recuerdo y, por supuesto, habló del origen de 'Trigo Limpio', asociado a la construcción del Aeropuerto de Almería en El Alquián.
Una mañana redonda de literatura, mar y gastronomía y en la que, predicando con el ejemplo, no faltó el humor. "Creo que están haciendo un monólogo", comentó una curiosa a sus familiares. Una presentación tan atípica como el libro que la protagonizó.
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