Protesta en Madrid por la línea férrea del Almanzora

La reivindicación sobre la reapertura de la línea ferroviaria que unía Guadix con la localidad murciana de Almendricos, atravesando la comarca almeriense del Almanzora, ha dado un nuevo paso trasladando esa protesta hasta las puertas del Congreso de los Diputados. Se trataba de llamar la atención de los parlamentarios para que presionen al Gobierno para la recuperación del servicio en esa línea.

Para ello, la Asociación Amigos del Ferrocarril de Baza y la Plataforma Comarca de Guadix por el Tren han llevado hasta Madrid sus reivindicaciones, descontentos con las previsiones de inversión de los Presupuestos para este año.

Una movilización que se realizaba coincidiendo con el acto conmemorativo del segundo aniversario de la Revuelta de la España Vaciada, para lo cual se ha elegido llevar a cabo la acción junto al Congreso de los Diputados, donde manifestaron su protesta y trataron de llamar la atención de los diputados españoles.

En unión con más de un centenar de asociaciones procedentes de los distintos territorios del Estado, los colectivos bastetano y accitano han sido los encargados de dar visibilidad a la reclamación por la reapertura de líneas férreas y por un ferrocarril público social y sostenible, una necesidad extendida por todas las “comarcas vaciadas” españolas pero que alcanza especial virulencia en el sureste peninsular. 

A tal efecto los manifestantes, unos colectivos que cuentan con la participación y el apoyo de numerosos colectivos del Valle del Almanzora, por donde discurre la vieja línea, se llevaron la bocina ferroviaria de la estación de Baza que ‘rugía’ de nuevo, esta vez junto a los leones de las Cortes, a la vez que sonaban las campanas, como símbolo de rebeldía de los territorios olvidados, ninguneados y vaciados por parte de los poderes públicos.

Los colectivos ferroviarios de estas comarcas explicaban que este “hacer ruido” en sentido literal pretende mostrar que las comarcas almerienses y granadinas ni se callan ni se resignan ni aceptan buenas palabras; quieren hechos concretos contra la despoblación y la discriminación que sufren: servicios públicos dignos, partidas presupuestarias e infraestructuras como el tren.