Agentes de la Guardia Civil en el puesto de Cuevas del Almanzora irrumpieron la madrugada del sábado al domingo en un cortijo de la pedanía de Guazamara para frenar la celebración de una fiesta ilegal, convertida en un "mini Dreambeach" con música electrónica y pequeñas cantidades de drogas.
La cita se produjo en un cortijo particular en Las Gachas (oeste de Guazamara) que, según fuentes del caso, se habría alquilado presuntamente para acoger un encuentro con una veintena de personas. Sin embargo, la convocatoria de la fiesta circuló por redes sociales y a la convocatoria se presentaron unas 350 personas.
La Guardia Civil y la Policía Local desplazaron sendas patrullas a la zona y encontró una fiesta de música electrónica con servicios de seguridad propios y una cierta organización para el evento. Los agentes identificaron a los dos presuntos promotores de la fiesta sin autorización, a los que han encartado como investigados en las diligencias.
De manera paciente, los guardias civiles reseñaron uno a uno a 240 participantes en el encuentro por las posibles responsabilidades administrativas que pudieran derivarse. Además de la falta de medidas sanitarias, en los cacheos aparecieron pequeñas dosis de estupefacientes destinadas al consumo durante la fiesta.
Según ha podido saber LA VOZ, los organizadores cobraban una entrada a aquellos que querían asistir a la multitudinaria fiesta y, tras recibir el pago, se les facilitaba a los asistentes el lugar exacto de la celebración.
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