Tabernas se convirtió, hace cuarenta años, en la referencia española e internacional en la investigación y desarrollo de la energía solar. Ahora, cuatro décadas después, el cambio de paradigma en los modelos energéticos que tratan de hacer frente al cambio climático, vuelve a estar en la punta de ese enorme iceberg.
La razón es que en unos pocos años se han presentado y se siguen presentando proyectos para instalar parques fotovoltaicos en el municipio almeriense que supondrán la ocupación de al menos 3.000 hectáreas de suelo, es decir lo mismo que el que ocupación 3.000 campos de fútbol.
El dinamismo del sector de la energía solar fotovoltaica parece en estos momentos imparable y ya se habla de la ‘burbuja solar’, lo mismo que hace unos años se hablaba de la inmobiliaria o la del plástico (por el interés de los inversores por la agricultura intensiva de la provincia).
Alta demanda
Un informe elaborado por la organización ALIENTE (Alianza Energía y Territorio), indica que el municipio tabernero se ha convertido en uno de los más potentes focos de atracción de los grandes grupos y fondos de inversión que están detrás de los proyectos de desarrollo del nuevo modelo energético.
Pero para ALIENTE no todo son ventajas porque el modelo que se está impulsando desde esos grandes operadores presenta un alto potencial de depredación del territorio y un impacto que es necesario medir y evaluar adecuadamente. Esta plataforma suma actualmente más de 150 adhesiones entre colectivos, empresas, sindicatos, partidos políticos y movimientos ecosociales, y está promoviendo una moratoria temporal a los proyectos de energías renovables de más de 5 megavatios, para dar tiempos a realizar una correcta planificación
Acaparamiento
Preocupa el hecho de que territorios como el de Tabernas, una de las zonas con mayores niveles de irradiación solar del territorio nacional, se convierta en un ‘monocultivo’ de instalaciones fotovoltaicas. Por el momento los proyectos que se han tramitado o se están tramitado suman el 5,4 por ciento de todos los que se proyectan para el conjunto del país, una potencia instalada de casi 3 gigavatios sobre los 39 que se han establecido como objetivo español de cara al año 2030.
Varias asociaciones y organizaciones almerienses forman ya parte de la plataforma Aliente, entre ellas la Asociación de Consumo Responsable, la Asociación de Educación Ambiental El Árbol de las Piruletas o la Asociación de Vecinos de Taberno, y otras organizaciones de consumidores de energía, de agricultores, ganaderos o vecinales preocupadas por un desarrollo desorbitado y descontrolado de instalaciones basadas en las energías renovables.
Una polémica que surge a partir de la multiplicación de proyectos, tanto de energía solar fotovoltaica como térmica, de energía eólica o de biomasa, de la mano de grandes grupos o de sociedades de inversión que aprovechan el respaldo nacional e internacional a un cambio de modelo energético abrazado por gobiernos e instituciones a nivel global que convierten lo ‘verde’ en un negocio con futuro.
En el caso de Almería ese impulso a las renovables se ha traducido en un aumento de casi el 40% del total de potencia instalada en los últimos años, creciendo a pasos agigantados la solar frente a la eólica, que era la reina de las energías verdes.
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