Cuenta la leyenda, que allá por el 820 o el 830, un ermitaño llamado Pelayo, divisó unos extraños resplandores en un montículo del bosque de Libredón. Aquellos fuegos fatuos se repitieron varias noches hasta alertar al eremita, que creyendo estar ante la contemplación de un milagro, corrió en busca de las autoridades eclesiásticas.
En el lugar de los hechos se personificó el mismísimo Teodomiro, obispo de Iria Flavia, quizás una de las figuras con más peso de aquellos reinos cristianos del norte de la península que resistían en las montañas los envites de las ‘razias’ musulmanas, o quizás el “hallazgo” de un mausoleo con tres sepulcros, identificados por aquellos hombres doctos como Santiago el Mayor y sus discípulos Atanasio y Teodoro, en la zona indicada por Pelayo, catapultaran al obispo de Iria Flavia y a la ruta de peregrinaje hacia Santiago de Compostela en una leyenda.
Aquella esquina fría del norte de la península ibérica se convertía en la luz más fulgurante de la cristiandad y uno de los puntos más frecuentados de toda Europa. Nacía la leyenda, se forjaba el Camino de Santiago, la búsqueda de uno mismo.
El camino de los Mozárabes
El trasiego de peregrinos en su ruta hacia Santiago ha precipitado que durante el paso del tiempo se hayan abierto vías, que como si de ramas fueran, han ido extendiéndose por toda la península, cruzando los Pirineos.
A pesar del control musulmán en gran parte del territorio, la existencia de población cristiana residente en suelo islámico, precipitó un movimiento de peregrinos en dirección Sur-Norte hacia aquella ‘tierra santa ibérica’. Aquellas comunicaciones entre las grandes ciudades de Al-Ándalus con las ciudades de interior, diseñaron el germen de un camino que hoy se conoce como el Camino Mozárabe.
Los 1.420 kilómetros
Todos los caminos van a Roma y a Santiago, incluso desde Almería se puede llegar hasta la tumba del apóstol. Solo hay que recorrer los 1.420 Km. existentes que la catedral de Almería con la puerta del Obradoiro.
En la provincia están catalogados dos caminos en la ruta compostelana, El Camino Mozárabe, con itinerario hacia Fiñana, atravesando Andalucía hacia la antigua Mérida para tomar el camino romano de la Vía de la Plata y el Camino del Argar, seguido por los guardacostas por el litoral levantino de Almería.
Es este sentido, la delegada territorial de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, Raquel Espín, se ha reunido con la Asociación Jacobea de Almería-Granada (Camino Mozárabe) y con la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Almería “Almería Jacobea” (Camino del Argar), para definir distintas mejoras a realizar en ambas rutas.
Las actuaciones, que se realizarán en los tramos coincidentes con vías pecuarias, consistirán en mejoras de firme, señalización y creación de áreas de descanso, para la delegada territorial, la ejecución de estas mejoras en las rutas de peregrinación de Almería, “contribuirán al desarrollo económico, social y cultural de las localidades que atraviesa”.
Según Espín, debido a la alta demanda social e institucional sobre los caminos agrarios como pilar básico en el desarrollo rural, “es necesario dotar a las áreas rurales de una verdadera red de infraestructuras verdes, destinada a transportes no motorizados”, para cubrir esa demanda. Desde la delegación Delegación de Desarrollo Sostenible, se estima que el impulso de estas vías traerá consigo una mejora de la interconexión de la población con su entorno natural y etnográfico, potenciando la conservación de la biodiversidad.
El desarrollo de las vías almerienses establecerán interconexiones con otras provincias andaluzas, integrando sus espacios en la Red Natura 2000, convirtiendo su continuación hacia Santiago en una red supra regional.
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