Europa Press
22:27 • 12 feb. 2012
La limpieza de los residuos de las cuatro bombas nucleares que cayeron accidentalmente en Palomares (Almería) y parte del material que se dispersó en el medioambiente en 1966 está “pendiente” de la respuesta de Estados Unidos. Así, según un documento técnico del Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), el asunto se encuentra actualmente en manos del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y de sus máximas autoridades, tras diversos contactos a nivel diplomático entre ambos países.
En este documento, España y Estados Unidos “han venido colaborando” en el seguimiento de los habitantes de la zona y en la evolución de la contaminación residual en el ambiente.
Sin embargo, ha habido que esperar hasta el 17 de diciembre de 2004, cuando se aprobó el ‘Plan de Investigación Energética y Medioambiental en Materia de Vigilancia Radiológica’ (PIEM-VR).
Tres años más tarde, en 2007, el CIEMAT y el Departamento de Energía de Estados Unidos, firmaron un acuerdo para realizar un mapa detallado de la contaminación existente. Dichos trabajos tuvieron un coste total de 13,8 millones de euros, de los que 1,8 millones fueron financiados por Estados Unidos y que concluyeron en un avance de los resultados del Mapa radiológico tridimensional que fue presentado por el CIEMAT en el Departamento de Energía norteamericano en Washington en diciembre 2008. Dos meses más tarde se acabó el Mapa 3D de Palomares, que se sometió a una revisión entre pares por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
En este sentido, la OIEA dictaminaba que el CIEMAT había trabajado de acuerdo con las recomendaciones internacionales y que la información facilitada era “rigurosa” y apuntaba que la caracterización radiológica “debería ser la base de una futura estrategia de rehabilitación”. El CIEMAT elaboró la ‘Versión Preliminar’ del Plan de Rehabilitación de Palomares (PRP) que tenía el objetivo de “alcanzar una limpieza completa y final” del área afectada y que posteriormente fue sometido a consideración del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). El organismo regulador informó favorablemente este informe el 5 de mayo de 2010. Posteriomente, la CE emitió un informe final que España recibió en febrero de 2011 y en el que se resaltaba que, coincidía con la OIEA en la “corrección” de los trabajos realizados “hasta el momento” por el CIEMAT y en el que señalaba que debía llevarse a cabo el PRP.
Meses antes, el 7 de julio de 2010, se celebró en el Departamento de Estado en Washington (EE.UU.) una reunión bilateral de carácter informativo entre delegaciones de sendos países para “conocer la situación de Palomares y la posición del Gobierno español en esta cuestión”. Después de décadas de trabajo, según el documento, para el CIEMAT esta reunión “fue decisiva” porque “por primera vez trascendía del ámbito puramente técnico”.
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En este documento, España y Estados Unidos “han venido colaborando” en el seguimiento de los habitantes de la zona y en la evolución de la contaminación residual en el ambiente.
Sin embargo, ha habido que esperar hasta el 17 de diciembre de 2004, cuando se aprobó el ‘Plan de Investigación Energética y Medioambiental en Materia de Vigilancia Radiológica’ (PIEM-VR).
Tres años más tarde, en 2007, el CIEMAT y el Departamento de Energía de Estados Unidos, firmaron un acuerdo para realizar un mapa detallado de la contaminación existente. Dichos trabajos tuvieron un coste total de 13,8 millones de euros, de los que 1,8 millones fueron financiados por Estados Unidos y que concluyeron en un avance de los resultados del Mapa radiológico tridimensional que fue presentado por el CIEMAT en el Departamento de Energía norteamericano en Washington en diciembre 2008. Dos meses más tarde se acabó el Mapa 3D de Palomares, que se sometió a una revisión entre pares por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
En este sentido, la OIEA dictaminaba que el CIEMAT había trabajado de acuerdo con las recomendaciones internacionales y que la información facilitada era “rigurosa” y apuntaba que la caracterización radiológica “debería ser la base de una futura estrategia de rehabilitación”. El CIEMAT elaboró la ‘Versión Preliminar’ del Plan de Rehabilitación de Palomares (PRP) que tenía el objetivo de “alcanzar una limpieza completa y final” del área afectada y que posteriormente fue sometido a consideración del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). El organismo regulador informó favorablemente este informe el 5 de mayo de 2010. Posteriomente, la CE emitió un informe final que España recibió en febrero de 2011 y en el que se resaltaba que, coincidía con la OIEA en la “corrección” de los trabajos realizados “hasta el momento” por el CIEMAT y en el que señalaba que debía llevarse a cabo el PRP.
Meses antes, el 7 de julio de 2010, se celebró en el Departamento de Estado en Washington (EE.UU.) una reunión bilateral de carácter informativo entre delegaciones de sendos países para “conocer la situación de Palomares y la posición del Gobierno español en esta cuestión”. Después de décadas de trabajo, según el documento, para el CIEMAT esta reunión “fue decisiva” porque “por primera vez trascendía del ámbito puramente técnico”.
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