De Cabo de Gata hasta Laroya por la despoblación: “No nos lo pensamos dos veces”

El pasado mes Laroya anunciaba la disposición de la gerencia de el único Bar Museo del pueblo, ubicado en pleno centro urbano laroyano. Los actuales dueños estaban a punto de jubilarse y desde el ayuntamiento ponían sobre la mesa esta iniciativa para luchar contra la despoblación rural de la provincia.

La alcaldesa de Laroya, Loli Moreno, contaba sorprendida que habían recibido más de 200 solicitudes en a penas una semana, para afincarse en la localidad del Valle del Almanzora. Desde el consistorio se ponían entonces manos a la obra, para hacer una preselección de 14 familias finalistas para la regencia. Entre los que nos contaba la edil, tendrían preferencia las familias con niños de entre 3 y 6 años y a su vez aquellos que tuviesen experiencia laboral en hostelería.

Finalmente, los elegidos han sido Felipe Salazar y su mujer Lorena Camuñas junto a sus dos hijos de 4 y 5 años. La familia son naturales de Cabo de Gata, y debido a la precariedad laboral ya se habían planteado migrar a una zona rural con posterioridad. “Estuvimos en el proyecto arraigo, mirando para mudarnos a algún pueblo rural de Madrid” recuerda Felipe. En esta ocasión esta opción se vio truncada por la crisis sanitaria.

Sin embargo, en esta ocasión a través de la difusión por redes sociales, se hicieron eco de esta noticia y decidieron volver a lanzarse a la aventura. “No lo pensamos dos veces y echamos los papeles” rememora el joven cabogatero. El matrimonio no ha dudado en mudarse a Laroya, con el objetivo de poder afincarse en uno de las zonas rurales de Almería más acusadas por la despoblación. “Quedamos entre los 14 finalistas y en cuanto Loli, la alcaldesa, nos llamó para entrevistarnos, nos vinimos el mismo día y hasta el día de hoy” asegura orgulloso Felipe.

Felipe Salazar se encontraba en Paro desde hacía mucho tiempo y no lograba encontrar un hueco en el mundo laboral, su mujer actualmente se encontraba trabajando pero ante la posibilidad de seguridad que ofrecía la localidad del Valle del Almanzora, decidieron dejarlo todo para convertirse en los nuevos regentes del único bar del pueblo.

El pasado sábado 18 de diciembre fue su primer día de apertura y según nos cuenta el cabogatero los vecinos les han recibido con los brazos abiertos. “Los vecinos están muy contentos con nosotros, sobre todo porque hemos puesto una cafetera en el bar” bromea Salazar, que asegura que se encuentran muy cómodos y bien acogidos en Laroya.

Desde el Ayuntamiento también se ha puesto a su disposición una vivienda de forma totalmente gratuita. Todas las comodidades necesarias para esta nueva familia laroyana que esperan insuflar vida al municipio y labrarse un prospero futuro en él.