El hospital de Gabriel

Camino de los 78 años de edad, con ganas de seguir haciendo cosas por su pueblo, Gabriel Amat (granadino de nacimiento, almeriense de adopción y roquetero hasta la médula) confesó este miércoles que en sus más de 25 años como alcalde de Roquetas de Mar nunca había tenido problemas de insomnio hasta que llegó la madrugada del 11 al 12 de enero de 2022.

Llevaba días Amat Ayllón pensando en cómo sería el acto de colocación de la primera piedra del Hospital de Alta Resolución que tanto ha demandado a hasta cuatro presidentes de la Junta de Andalucía. Y en esa madrugada quizá pensaría en las horas que ha estado hablando por teléfono para convencer a otra administración para que este municipio, el segundo en población de Almería, tuviera un centro hospitalario como lo hay en El Ejido o Huércal-Overa.

Quizá la persona que haya podido contar esas horas pegado a un móvil sea María Pintor, su esposa, una de las invitadas al acto de junto al Estadio ‘Antonio Peroles’ y que tuvo como protagonista al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.

Pintor, Amat y Moreno posaron para una foto para el recuerdo al filo de las once y media de la mañana. Atrás habían quedado los actos protocolarios de los discursos y el depósito de la urna con los periódicos del día – en su portada se hablaba de otro proyecto de Amat para la Rambla de San Antonio en Aguadulce -, las monedas de curso legal o una copia del Estatuto de Autonomía. Y atrás había quedado la noche en vela del alcalde de un pueblo que fue primero presidente del equipo de fútbol, después concejal en la oposición y regidor desde el verano de 1995.

No es Gabriel Amat un político dado a llevar discursos preparados. Ni mucho menos. Improvisa casi siempre. Y tanto improvisa que, muy cerca de los invernaderos del Camino de los Depósitos, confesó al auditorio que a lo largo de 15 años “de problemas y acosos políticos” nunca “he perdido el sueño”. “Me acostaba y dormía encantado de la vida … la de ayer ha sido una noche diferente y he dormido poco”.

El alcalde de Roquetas de Mar sabe ya que parte de su legado para la Comarca del Poniente almeriense será un hospital de algo más de 50 camas y más de 20 consultas, al que se ha añadido un centro de salud, dentro de los cambios que ha sufrido el proyecto. Hace tres años, en el gran cartel con una maqueta que hay junto a los terrenos donde se puso la primera piedra, aparecían unos datos que en nada se corresponden con los ofrecidos ahora. “Han sido muchas reuniones y viajes a Sevilla hasta que hemos tenido que adaptar el proyecto a la nueva normativa”.

Gabriel Amat ha estado arropado por los suyos, los políticos y los vecinos, y no estaban allí sus nietos porque estaban a esa hora en clase. Si el acto hubiera sido por la tarde… También estuvieron los alcaldes de las localidades limítrofes y de la capital almeriense - el también histórico Antonio Bonilla, de Vícar, entre ellos -; la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet; la consejera de Agricultura, Carmen Crespo; el presidente de la Diputación, Javier Aureliano García; y Diego Vargas, uno de los directivos de la Consejería de Salud y Familias que más papeles ha movido de despacho en despacho hasta llegar a la primera piedra de un hospital que, solo en obras, costará más de 29 millones de euros.

Contó Gabriel Amat con el apoyo explícito del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. Ambos son del mismo partido, del PP. Quizá ello haya hecho posible que la persistencia de Amat para que Roquetas tuviera un centro sanitario acorde a su población (ya tiene unos 104.000 habitantes y no para de crecer en número de residentes) forme ya parte de su hoja de servicios al municipio.

Con sonrisa en la boca, en su discurso el propio Moreno Bonilla habló de esa persistencia (“el que la sigue, la consigue”, “ya nos está pidiendo la ampliación del hospital), pero también el presidente de la Junta hizo una confesión. “Hoy es de los días para sentirse feliz”. Y, además, dejó un titular que se guardará en las hemerotecas: “Este es el hospital de Gabriel”.