Guillermo Mirón
13:42 • 21 ene. 2022
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actualizado a las 13:45 • 21 ene. 2022
"No existe otra ciudad con las condiciones que presenta Vera". Así se ha referido al yacimiento de la antigua Vera medieval Alberto García Porras, profesor titular del Departamento de Historia Medieval de la Universidad de Granada, al ser preguntado por su relevancia a nivel provincial .
García Porras ha sido uno de los involucrados en la primera excavación que se ha llevado a cabo en Barya, la Vera medieval y cuyos resultados se han presentado esta semana en el Museo de la Evolución Humana de Burgos por parte del Ayuntamiento veratense y del equipo a cargo de la misma. Los hallazgos mostrados este 18 de enero respaldan sin duda la afirmación del profesor de la Universidad de Granada.
En una entrevista para la Cadena SER Levante, Alberto García ha puesto el foco, entre otras cuestiones, en la recuperación de tres viviendas, dos de ellas en un "excelente estado" de conservación. "Algunos de los muros de las viviendas que hemos podido recuperar tienen un alzado de metro y medio o dos metros de altura, algo que no suele ser habitual en los yacimientos arqueológicos", subraya.
Prácticamente todo lo encontrado durante la excavación del pasado verano cuenta con un gran valor patrimonial y arqueológico, tal y como ha subrayado García Porras. "Ya se tenía conocimiento del yacimiento pero la excavación arqueológica nos ha desvelado que nos encontramos con un patrimonio arqueológico riquísimo y en un excelente estado de conservación. Es importante el yacimiento en sí, son importantes las viviendas localizadas y los restos de cultura material: cerámica, vidrios o metales que hemos recuperado".
Entre esos restos recuperados figuran elementos domésticos que hace más de cinco siglos los veratenses de entonces solían utilizar a diario, tales como alfileres o agujas, además de monedas de metal. Elementos domésticos de carácter cerámico que "muestran la actividad artesanal en Vera".
Sin embargo, el profesor de la universidad granadina ha hecho hincapié en lo poco inusual que ha sido el hallazgo de "muchos elementos de vidrio", algo que ha considerado "especialmente sorprendente" debido a que este es "un elemento que suele destruirse fácilmente y desaparecer; sin embargo, en Vera hemos encontrado un buen conjunto de materiales que estamos estudiando".
Ante estas evidencias, el profesor ha situado a Vera o, mejor dicho, a la antigua Barya, entre una de las principales ciudades de segundo rango dentro del Reino Nazarí de Granada "como Guadix, Antequera, Baza… Y una de ellas sin duda fue Vera".
Uno de los motivos de que el cerro del Espíritu Santo se haya convertido en una 'mina de oro' arqueológica aún por descubrir tiene su origen en toda una desgracia como fue el terremoto que en noviembre de 1518 dejó prácticamente sepultada a esta población empujando a sus vecinos a buscar otro lugar cercano donde asentarse. "Normalmente estas ciudades de segundo rango están generalmente ocupadas y se alteran mucho los restos arqueológicos, pero en el caso de Vera no. Han quedado fosilizados en ese momento, en 1518, de manera que la imagen que nos da es una imagen excelente, una foto fija de Vera en 1518".
Se abre por lo tanto una oportunidad de oro para dar continuidad a estos trabajos y convertir esa 'foto fija de 1518' en todo un atractivo histórico y cultural que al mismo tiempo abrirá una ventana en el tiempo para permitirnos conocer cómo vivían nuestros antepasados hace más de cinco siglos.
García Porras ha sido uno de los involucrados en la primera excavación que se ha llevado a cabo en Barya, la Vera medieval y cuyos resultados se han presentado esta semana en el Museo de la Evolución Humana de Burgos por parte del Ayuntamiento veratense y del equipo a cargo de la misma. Los hallazgos mostrados este 18 de enero respaldan sin duda la afirmación del profesor de la Universidad de Granada.
En una entrevista para la Cadena SER Levante, Alberto García ha puesto el foco, entre otras cuestiones, en la recuperación de tres viviendas, dos de ellas en un "excelente estado" de conservación. "Algunos de los muros de las viviendas que hemos podido recuperar tienen un alzado de metro y medio o dos metros de altura, algo que no suele ser habitual en los yacimientos arqueológicos", subraya.
Prácticamente todo lo encontrado durante la excavación del pasado verano cuenta con un gran valor patrimonial y arqueológico, tal y como ha subrayado García Porras. "Ya se tenía conocimiento del yacimiento pero la excavación arqueológica nos ha desvelado que nos encontramos con un patrimonio arqueológico riquísimo y en un excelente estado de conservación. Es importante el yacimiento en sí, son importantes las viviendas localizadas y los restos de cultura material: cerámica, vidrios o metales que hemos recuperado".
Entre esos restos recuperados figuran elementos domésticos que hace más de cinco siglos los veratenses de entonces solían utilizar a diario, tales como alfileres o agujas, además de monedas de metal. Elementos domésticos de carácter cerámico que "muestran la actividad artesanal en Vera".
Sin embargo, el profesor de la universidad granadina ha hecho hincapié en lo poco inusual que ha sido el hallazgo de "muchos elementos de vidrio", algo que ha considerado "especialmente sorprendente" debido a que este es "un elemento que suele destruirse fácilmente y desaparecer; sin embargo, en Vera hemos encontrado un buen conjunto de materiales que estamos estudiando".
Ante estas evidencias, el profesor ha situado a Vera o, mejor dicho, a la antigua Barya, entre una de las principales ciudades de segundo rango dentro del Reino Nazarí de Granada "como Guadix, Antequera, Baza… Y una de ellas sin duda fue Vera".
Uno de los motivos de que el cerro del Espíritu Santo se haya convertido en una 'mina de oro' arqueológica aún por descubrir tiene su origen en toda una desgracia como fue el terremoto que en noviembre de 1518 dejó prácticamente sepultada a esta población empujando a sus vecinos a buscar otro lugar cercano donde asentarse. "Normalmente estas ciudades de segundo rango están generalmente ocupadas y se alteran mucho los restos arqueológicos, pero en el caso de Vera no. Han quedado fosilizados en ese momento, en 1518, de manera que la imagen que nos da es una imagen excelente, una foto fija de Vera en 1518".
Se abre por lo tanto una oportunidad de oro para dar continuidad a estos trabajos y convertir esa 'foto fija de 1518' en todo un atractivo histórico y cultural que al mismo tiempo abrirá una ventana en el tiempo para permitirnos conocer cómo vivían nuestros antepasados hace más de cinco siglos.
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