El humedal de la costa veratense, el Salar de los Canos, alberga nada más y nada menos que más de 200 especies de aves durante las cuatro estaciones del año. Alrededor de 14 o 15 especímenes se encuentran en el catálogo de especies amenazadas en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Enrique Fernández
Martínez, anillador científico de aves y miembro de la Asociación
Salvemos el Salar de los Canos y el Territorio, cuenta
con orgullo que muchas de las especies amenazadas tienen una “gran
comunidad reproductora en el Salar de los Canos, como puede ser la
Malvasía Cabeciblanca”.
Según Fernández, el ave ha escogido este año el humedal veratense
como su espacio reproductivo de toda la provincia de Almería. “Muy
reseñable ya que en los años 80 quedaban algo poco más de una
veintena de ejemplares”,
hace
hincapié el anillador científico.
La Malvasía Cabeciblanca no es un ave migratoria, y podemos disfrutar
de su presencia durante todo el año. Sin embargo, el
Salar de los Canos es lugar de estacionamiento de paso de
“numerosísimas” aves que vienen del continente africano y de toda
Europa.
“Ahora en invierno
si nos acercamos al Salar podremos observar a un pato muy
característico, el cuchara europeo, que solo pasa el invierno con
nosotros y que cuando aumentan las horas de luz, alrededor del mes de
marzo migra para reproducirse en otros puntos de Europa”, apunta
Enrique Fernández.
En
el caso de aves
pequeñas, también hay muchas
de las que visitan el humedal
que son migratorias. En
invierno podemos observar aves comunes como el Petirojo,
la lavandera
blanca, el pájaro moscón europeo
o el
escribano palustre, todos ellos
solo podremos avistarlos en la
época más fría del año.
“Ahora
por ejemplo el salar
tiene una cantidad de agua mucho mayor que en otras estaciones y
podemos avistar especies Larolimícolas,
es decir las de la familia de las
gaviotas”. Según
cuenta el anillador, si visitamos actualmente el
entorno
natural se
verá que hay una comunidad enorme de “miles de Gaviotas
Cabecinegras
o de gaviotas
reidoras
muy interesantes”, entre
los que el experto también reseña la presencia de
patos cuchara y flamencos.
Por
su parte en la época estival
se pueden apreciar a otras especies que están mucho más ligadas al
carrizo y que se reproducen en
el humedal veratense,
como puede ser el Carricero
Común,
que es la especie predominante en época de
verano en
el Salar y que durante el invierno migran a invernar en África.
Las
especies que habitan
o toman como lugar de paso
el Salar de los Canos están muy adaptadas a la humanización del
entorno. “Si
se mira desde una perspectiva aérea el Salar, se puede observar que
está urbanizado por los cuatro costados”, pero según
relata el experto gracias
a la superficie que tienen hondada en conjunción con un ecosistema
de Carrizal denso en un lado y la loma central de la parte de atrás,
hacen que esa simbiosis entre estos tres ecosistemas produzca que
exista un espacio, a pesar de la urbanización, que permita la
reproducción de estas especies.
Todo un paraíso no solo para las aves, sino para todos los enamorados de la ornitología, que podrán disfrutar de este paraje natural en las 4 estaciones del año. Si quieren apreciar una
mayor diversidad o avistar especies más raras, siempre es
interesante visitarlo en los puntos álgidos del paso migratorio que
son en torno a mitad de abril en el paso previo a la reproducción y a finales de septiembre o principios de noviembre, en el
paso posterior a la reproducción.
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