Camarones fritos,
atún a la plancha o brocheta de pulpo son algunas de las
especialidades que se pueden degustar de este conocido bar veratense.
Desde la cercanía que dan los bares de toda la vida, Juan y Sole
llevan 20 años, que se dice pronto, dedicándose a ofrecer el mejor
producto del mar a sus clientes.
Sin embargo, a pesar
de su éxito reconocido y su buen funcionamiento, como todo en la
vida, este establecimiento ha evolucionado y ha sufrido algunos
cambios en los últimos meses. Y es que el famoso ‘Bar Bandi’
ha cerrado su persiana momentáneamente. Pero sus clientes más fieles
pueden estar tranquilos, Juan y Sole vuelven a abrirla desde una
nueva localización, nueva y en propiedad, según confiesan los
hosteleros.
Los protagonistas han confesado a ‘Destino
Vera’ que siguen siendo los de siempre, pero en una nueva etapa.
“Queríamos tener algo nuestro, algo propio” asevera Sole que
confiesa que “hemos pasado veinte años maravillosos como ‘Bar
Bandi’, pero estábamos de alquiler y creíamos que era hora de dar
el paso, de tener algo nuestro y comenzar otra etapa”. Por eso, dejan atrás además de su antiguo local el nombre de su establecimiento, a partir de ahora los profesionales de la restauración se encontrarán como 'Bar Juan y Sole'. La recién
propietaria lamenta que han tardado más de lo que les hubiese
gustado, ya que la pandemia retrasó este proyecto, sin embargo dice
orgullosa que “al final, lo hemos conseguido”.
El cambio supondrá nuevas instalaciones y nuevas herramientas de trabajo pero la carta del restaurante continuará igual, y es que si algo funciona ¿porqué cambiarlo?. Los hosteleros han comentado que como novedad incluirán alguna carne más entre sus opciones, pero todo lo demás continuará con la misma esencia que estos últimos años. Y lo más importante y que desde el local no tienen intención ninguna de cambiar es en el trato al cliente. “Va a seguir siendo igual porque somos los mismos. Siempre me ha gustado que la gente que va a un negocio esté a gusto, que la persona que te atienda sea agradable, porque ya tenemos suficientes problemas en el día a día. La gente tiene que venir a disfrutar, a pasárselo bien y a olvidarse de su rutina”, esto es lo que quieren transmitir y que sin duda consiguen estos veratenses.
Sole lleva
esto de la hostelería en la sangre y es que ya sus abuelos eran los
regentes del Bar de La Glorieta que abrían todos los veranos y era
un punto de encuentro para muchas las familias de la localidad y
visitantes. “Aquello era una maravilla, tenía mucha vida. Allí
comenzaron haciendo boladillos de bacalao, pimientos rebozados... y
poco más, porque antiguamente tampoco se podía hacer mucho”,
recordaba la veratense.
“Cuando Juan y yo empezamos a salir, decidimos comenzar con el Bar Bandi”, un bar pequeño, de alquiler, en el que los hosteleros hacían poca variedad, pero que con el tiempo fueron introduciendo la gran estrella de su carta “el pescado”. Y es que según cuenta Sole y según consta a todos los comensales “Juan, con la plancha es el mejor, tiene mano para el pescado y sabe darle el toque justo”. Así fue como “poco a poco, fuimos creciendo y hemos llegado hasta lo que tenemos hoy” concluyen orgullosos.
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