Cada mañana a primera hora, de lunes a viernes, Ana sale de su vivienda en la barriada nijareña de Los Grillos para llevar a sus niños a la parada del autobús que se encarga de llevarlos al colegio. El camino, entre invernaderos, suele ser tranquilo, pero cuando hacen aparición las lluvias, como estos días, este paseo se convierte en una auténtica odisea para esta madre de 35 años de edad y sus pequeños.
"Cada vez que llueve siempre se hace una piscina y tengo que andar con los niños por un bordillo que hay junto al invernadero para llevarlos a la parada del autobús", asegura Ana, que hace un par de días informaba de esta situación en redes sociales a modo de denuncia y llamamiento para tratar de obtener alguna solución. Y es que, como bien se aprecian en las imágenes que se adjuntan a esta noticia, el camino que va desde Los Grillos a Los Nietos se vuelve intransitable cuando caen unas cuantas gotas, convirtiéndose en un 'lago'.
Ahora que las lluvias están siendo más prolongadas e intensas en la zona, ha empeorado aún más la situación en este camino que acumula varios palmos de agua y que, cuando vayan desapareciendo los grandes charcos, habrá que lidiar con el barro durante días. De hecho, este mismo miércoles, Ana se ha visto obligada a llevar a sus hijos Aiman y Azahara, de 9 y 6 años de edad, por la peligrosa carretera AL-3111 para que pudieran llegar a tiempo para coger el autobús.
"Este es mi día a día cuando llueve. Es el único camino por el que puedo llegar hasta la parada sin tener que ir por la carretera, que es peligrosa", comenta esta nijareña de Los Grillos que, además, va empujando el carrito de su bebé de cuatro meses mientras no pierde detalle de como se las ingenian sus otros hijos para no llegar con los tenis y los bajos del pantalón empapados al colegio.
Ana se juega la vida en estos días lluviosos al caminar por una carretera de mucho tránsito de vehículos, sobre todo a primer hora, para que sus pequeños no tengan que cruzar por el 'lago' que se forma en el camino de tierra de Los Grillos a Los Nietos, siendo esta una problemática muy común en zonas agrícolas. "Ya le dije al hombre del invernadero que se debería hacer algo para arreglarlo, pero al parecer es cosa del Ayuntamiento", dice esta madre que no quiere seguir poniendo en riesgo su vida y la de sus pequeños yendo por la carretera porque un gran charco les impide ir, de una forma más segura y tranquila, hacia la parada.
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