Huércal de Almería

Taller de costura de supervivencia o cómo aprender a coser un botón

20 euros y tres horas y media para aprender a manejar la aguja

Elena Alcaraz en la Academia en la que se darán los talleres
Elena Alcaraz en la Academia en la que se darán los talleres La Voz
Lola González
19:37 • 24 mar. 2022 / actualizado a las 20:11 • 24 mar. 2022

“¿Cansado/a de llamar a tu madre o a tu abuela cada vez que se te cae un botón o el pantalón te queda largo?”. Si la respuesta es positiva, como le (nos) pasa a la mayoría de aquellos almerienses que no pasamos por la asignatura de hogar en el instituto o a los que eso de enhebrar la aguja nunca estuvo entre las prioridades, la Academia Vuela Alto de Huércal de Almería ha preparado el taller perfecto: ‘Costura de supervivencia’.



Elena Alcaraz es la propietaria de la academia que abrió sus puertas hace apenas unos días. Con estudios en diseño y en educación, esta joven ha decidido dedicar su primer taller a aquellos que nada saben de la costura. “Muchos de los arreglos que me traen son muy básicos, desde coser un botón, arreglar un bajón o zurcir un pequeño agujero. Me di cuenta que la mayoría de los jóvenes no saben ni coser un botón y pensé en que un curso de costura de supervivencia en el que aprendan lo básico sería una buena forma de arrancar”, explica Alcaraz. 






A pesar de que el público objetivo es la gente más joven, sí que espera que en este taller que se desarrollará entre las 10.00 y las 13.30 horas del sábado 9 de abril haya gente de todas las edades y que sirva también como presentación de los cursos de diseño y patronaje más avanzados que también va a ofertar ‘Vuela Alto’ durante las mañanas. Las tardes quedarán para clases particulares y refuerzo para personas con necesidades educativas especiales. La academia está ubicada en la calle Castillo de Vélez Blanco, 3, de Huércal de Almería.



Así, por 20 euros y en apenas tres horas y media de tu vida, Elena Alcaraz se propone enseñar a todos aquellos que no llevan (llevamos) bien lo de la aguja y el dedal, a cosernos los tomates de los calcetines sin tener que recurrir a la familia. 






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