Uno de los pueblos de la Alpujarra almeriense ha blindado su casco urbano para que sea más para las personas que para los coches o motos. Con el objetivo de tener un entorno más amable, sobre todo para niños y mayores, el pequeño municipio de Almócita, ejemplo de sostenibilidad, ha tomado una importante decisión.
Ha entrado en vigor la Ordenanza para limitar el tráfico y permanencia de los vehículos en las calles de la localidad alpujarreña, donde ya hay colocadas varias señales que indican que queda prohibido aparcar y estacionar dentro del casco urbano, donde además solo se puede acceder para carga y descarga. Hay espacios habilitados para el aparcamiento en las afueras.
Esta localidad apuesta claramente por estar libre de humos contaminantes, ofrecer paseos seguros por sus estrechas calles y alejar el sonido de los motores para conversar y disfrutar de los encantos de dicho pueblo con calma.
Esta decisión, según informa en redes el propio Ayuntamiento, la ha tomado el Foro de Almócita, un órgano de democracia participativa donde los protagonistas son los vecinos y vecinas almociteños, que con estas decisiones demuestran su compromiso con una localidad "tranquila y limpia". Además, agradecen a los visitantes que respeten la nueva normativa.
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